En los últimos dos días, Pemex anunció buenas noticias desde Asia. Se firmaron dos acuerdos de cooperación tecnológica con las petroleras chinas CNPC y Xinxing, un contrato para exportación de crudo con Unipec, subsidiaria de la china Si- nopec, y un importante acuerdo para desarrollar proyectos de inversión con la japonesa Mitsui, de la que se desprende un contrato para construir un gasoducto que correrá a lo largo del Pacífico mexicano desde el sur de Estados Unidos. Este último es un proyecto por casi 500 millones de dólares.

 

Por razones de miopía estratégica de los gobiernos en turno, México se alejó comercial y económicamente de Asia, especialmente de China, el gigante de la región; mientras que el resto de las economías latinoamericanas establecían fuertes lazos comerciales y de inversión con aquella región, incluso con la firma de tratados de libre comercio que favorecen el intercambio.

 

En ese terreno, el reciente viaje del presidente Enrique Peña Nieto a China y a Japón es un reconocimiento de que México debe enderezar la relación comercial y de inversiones con ambos países, especialmente en el campo energético y de infraestructuras.

 

La previsión de que Estados Unidos de- clinará sus compras petroleras de México durante los años por venir, obliga al país a buscar nuevos destinos para el petróleo mexicano. También las reformas en cier- nes, de concretarse, implicarán grandes inversiones de capitales en energía, tecnología e infraestructuras, y las principales economías asiáticas son exportadores netos de capitales que México va a requerir. Pero además, para hacer crecer sostenidamente nuestra economía, México necesita exportar a los gran- des mercados de consumo de Asia-Pacífico, que son los más dinámicos del mundo.

 

Desde la perspectiva económica, es inconcebible una estrategia comercial, de inversión, y de transferencia de tecnologías de largo plazo sin una fuerte presencia asiática. Eso lo saben los europeos y los pro- pios estadunidenses. Sólo hay que mirar sus balanzas comerciales y de inversión para corroborarlo.

 

SÍGALE LA PISTA ORO MUY NEGRO. Por cierto, en el documento de Precriterios genera- les de política económica, que presentó el Ejecutivo al Congreso el pasado 1 de abril, llama la atención el pobre pronóstico en materia petrolera para el próximo año: Se tendrá una plataforma de producción igual a la de este año (dos mil 550 millones de barriles de petróleo diarios), y una plataforma de exportación promedio menor en 28 mil barriles diarios a la de este año. Y este mal panorama no cambiarán ni aprobando las reformas.

 

¿POBREZA A SUBASTA? A la carrera, tanto Pepsi como Nestlé, se apuntaron con la secretaria Rosario Robles para colaborar en el programa de combate a la pobreza que tanta difusión mediática tiene en estos días. Vaya. Y seguramente que la fila empresarial sigue creciendo. Claro que todos son bienvenidos a sumar fuerzas en programas sociales tan amplios como éstos; pero habrá que tener cuidado con las motivaciones, las reglas y la rectoría de estos programas. No vaya a resultar que se busque combatir la pobreza con palomitas, refrescos y gansitos.