Ayer se dio a conocer que el banco ABC Capital ofrece un crédito puente a las desarrolladoras de viviendas por un monto de 6 mil millones de pesos con el respaldo de las garantías que puso sobre la mesa el gobierno federal a través de la Sociedad Hipotecaria Federal desde marzo pasado.

 

Llama la atención que esta oferta de crédito de un banco privado sea anunciada por el gobierno federal a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial, y Urbano, en conjunto con la Sociedad Hipotecaria Federal; además de los representantes de la Cámara Nacional de la Industria de Promoción y Desarrollo de Vivienda, CANADEVI.

 

La razón es simple y la hemos planteado en este espacio desde hace semanas atrás: La situación financiera de al menos tres de las grandes constructoras de vivienda del país no solo es muy complicada, sino que se encamina hacia la declaratoria de concurso mercantil (quiebra). Con pasivos por 100 mil millones de pesos y con una posición preponderante en el mercado de la construcción de viviendas, el riesgo de contagio en el sector era muy alto y, sobretodo, era inminente la afectación a los acreedores bancarios involucrados.

 

Por eso el gobierno federal decidió lanzar un rescate de estas desarrolladoras a través de garantizarles a los bancos acreedores un parte de esos créditos, si éstos estaban dispuestos a ofertar nuevos créditos puente y conceder un periodo de gracia para que las constructoras plantearan nuevas estrategias para salir del atolladero.

 

ABC Capital fue el primero en tomar el aval del gobierno federal y el 11 de abril pasado le dio un crédito puente a Homex. Ahora este joven banco regiomontano –apenas tiene año y medio de su autorización por la CNBV- en el que participa la cementera Tolteca, propiedad de Cemex, y que encabeza el ex director general de Nacional Financiera, Mario Laborín, se lanza con todo aceptando la propuesta del gobierno federal y pone sobre la mesa 6 mil millones de pesos en créditos puente.

 

La pregunta es qué motiva a un experimentado banquero, privado y público, como Mario Laborín a lanzar una propuesta agresiva como ésta. Si se quiere resumir la respuesta, ésta es muy sencilla: el gobierno federal es el aval  de estos créditos. Y claro, si a ello se agrega que la construcción de vivienda media y residencial ha seguido creciendo y tiene un futuro prometedor, que el gobierno redondeará su paquete de rescate creando demanda a través del Infonavit, que los principales accionistas del banco pertenecen a la mayor cementera del país y principal proveedora de la industria de la construcción, que para ABC Capital es su gran oportunidad de posicionarse en su mercado natural al ponerse por delante de sus competidores, y que Laborín apuesta a que las grandes vivienderas serán rescatadas aunque salgan empequeñecidas por lo que no corre un gran riesgo su inversión; pues entonces la jugada parece redonda.

 

El rescate desde el gobierno federal de las tres, cuatro, o cinco grandes empresas de la construcción de vivienda y, por lo tanto, del sector está en marcha. Y por lo visto, los incentivos que el gobierno ha puesto sobre la mesa son suficientemente atractivos como para que los banqueros lancen nuevas cuerdas de crédito para consolidar este rescate. Mario Laborín así lo vio y se espera que otros más se sumen en los siguientes días.

 

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