ANKARA. Abdulá Kurdi, el padre del niño ahogado cuya imagen se ha convertido en símbolo de la tragedia de los refugiados sirios que intentan llegar a Europa, quiere llevar los cuerpos sin vida de sus hijos y su esposa a la ciudad siria de Kobani, informan los medios turcos.

 

En esa ciudad de mayoría siria del norte de Siria, murieron 16 miembros de la familia que combatían al grupo yihadista Estado Islámico (EI), según el relato de Abdulá Kurdi al diario Sol.

 

Ahora su deseo es enterrar junto a ellos los cuerpos de sus hijos y de su esposa, que murieron a causa del naufragio de la barca en que viajaban intentando alcanzar una isla griega, por aguas del Egeo cercanas al balneario turco de Bodrum.

 

Kurdi contó que la familia había pagado una suma a traficantes para que organizaran la travesía a la isla de Kos.

 

Pero “la guardia costera nos detuvo y después nos liberó. Esta vez nosotros mismos conseguimos el bote y empezamos a remar hacia Kos“, agregó.

 

Después de alejarnos unos 500 metros de la costa, en el bote empezó a entrar agua y se nos mojaron los pies. A medida que aumentaba el agua, cundía el pánico. Algunos se pusieron de pie y el bote volcó. Yo sostenía a mi mujer de la mano“, recordó.

 

Las manos de mis dos niños se escaparon de las mías, intentamos quedarnos en el bote, pero el aire disminuía. Todo el mundo gritaba en la oscuridad. Yo no lograba que mi esposa y mis hijos oyeran mi voz“, añadió.

 

Relató cómo, fijando la mirada en las luces, consiguió nadar hasta la costa.

 

Cuando alcancé la costa comencé a buscar a mi esposa y a los niños. Pensé que se habían asustado y escaparon. Llegué a Bodrum y no pude encontrarlos en nuestro punto de encuentro. Luego fui al hospital y me enteré de las tristes noticias“, explicó.

 

Los cuerpos de sus tres seres queridos están ahora en el Instituto Forense de la provincia turca de Mugla y Kurdi quiere sacarlos de allí y llevarlos de vuelta a Kobani.

 

La imagen de Aylan Kurdi, de tres años, ahogado en la playa turca de Bodrum fue publicada hoy en primera página por casi todos los diarios turcos y ha estremecido al mundo.

 

En la tragedia murió también su hermano mayor, Galip, de 5 años, que aparece en otra foto en la que un gendarme turco lo lleva en brazos delicadamente, saliendo del agua del mar, para ser transportado a la morgue de un hospital.

 

También pereció la madre de ambos, Rehan, y el único miembro de la familia que se salvó fue el padre, Abdulá.

 

Fotógrafa sólo quería que su grito fuera oído en el mundo

 

La autora de la foto, la periodista Nilufer Demir, confesó al diario Hürriyet que se le había helado la sangre cuando vio el cuerpo del pequeño con su camiseta roja.

 

No podía hacer nada por él. Lo único que podía hacer es que su grito fuera oído en el mundo, y lo hice con su fotografía“, dijo Demir. Relató que vio al hermano de Aylan a cien metros de distancia y se percató de que ninguno de los dos llevaba un salvavidas.

 

Tima Kurdi, la tía de los niños que trabaja como peluquera en Canadá, dijo que la familia de refugiados de la guerra en Siria quería llegar a ese país, pero no pudieron obtener el visado cuando lo solicitaron en Turquía.

 

Tía responsabiliza a Canadá y “al mundo entero” por muerte de Aylan

 

Tima Kurdi, la tía de Aylan Kurdi, el niño sirio de 3 años de edad que murió ahogado junto con su hermano y madre al intentar cruzar el Mediterráneo huyendo de Siria, declaró hoy que considera responsable al Gobierno canadiense “y al mundo entero” de la muerte de sus familiares.

 

Kurdi, que llegó a Canadá en 1992, mantuvo una emocional conferencia de prensa en su casa de Coquitlam, en la provincia de Columbia Británica (oeste del país), explicó cómo intentó patrocinar a la familia para que fuesen aceptados como refugiados por el Gobierno canadiense.

 

Pero según Tami Kurdi, Canadá rechazó la petición de refugio por “un documento”.

 

Preguntada si responsabilizaba al Gobierno canadiense por la muerte de Aylan Kurdi, su hermano mayor Galip, de 5 años, y la madre de ambos, Rehan, Tami Kurdi afirmó: “sí”.

 

Me dijeron (el Gobierno canadiense) que faltaba un documento para mi familia“, afirmó.

 

Tami Kurdi también señaló que su hermano, Abdulá Kurdi, le dijo que no podía conseguir el documento que exigía el Gobierno canadiense porque era un certificado de residencia de las autoridades turcas.

 

Llorando, Kurdi se refirió constantemente a sus dos sobrinos fallecidos, que hace sólo dos semanas le habían pedido una bicicleta, de los que comentó: “pobres, nunca tuvieron una buena vida”.

 

“Honestamente -añadió-, no quiero sólo responsabilizar a Canadá. Estoy responsabilizando a todo el mundo por no ayudar lo suficiente a los refugiados y no detener esta guerra. Y sé que lo pueden hacer. Si nadie financia a los rebeldes, la guerra parará”.

 

La ciudadana sirio-canadiense también explicó cómo, poco antes de que sus familiares intentaran abandonar Turquía en una embarcación con destino a Grecia, habló por teléfono con su cuñada, quien le expresó sus dudas sobre el viaje.

 

Estoy tan asustada del agua. No sé nadar“, le confesó Rehan Kurdi.  DM