Queridos amigos de 24 HORAS, deseo que estén finalizando su semana con mucha salud y que los estragos de las últimas lluvias no hayan impactado más allá de los problemas de tránsito.

 

Aunque sabemos que una consecuencia de arrojar basura a las calles y coladeras son las inundaciones en temporada de lluvias, hay mucha gente que continúa haciéndolo, que piensa que no pasa nada, y entonces seguimos viendo montones de desechos en nuestros parques o bolsas de desperdicios en la vía pública o camellones.

 

Es lamentable saber que, de acuerdo a datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), 50% de los encharcamientos son provocados por la acumulación de basura en las alcantarillas.

 

Algo más impactante es que previo a la temporada de lluvias durante la primera mitad de este año, se removieron de las coladeras cerca de seis mil toneladas de desperdicios, los cuales fueron procesados y utilizados como relleno sanitario.

 

Hagamos lo que nos toca: empecemos por no arrojar basura a las calles y replicar este principio entre nuestros círculos, inculcarlo en nuestros hijos, sensibilizar a hermanos y amigos.

 

Y por qué no, hagamos una moda el reciclaje. Justo mañana entra en vigor la norma ambiental NADF-024, con la que se busca un mejor aprovechamiento para el reuso de los residuos sólidos que a diario se generan en nuestra ciudad; empecemos desde casa.

 

Pienso que el problema no sólo está en la basura, sino en quienes la generamos. No hace falta reparar en muchos ejemplos, ya que basta con mencionar el uso de popotes cuando no los necesitamos, la infinidad de bolsas de plástico en el centro comercial cuando podríamos usar de tela o los cientos de gomas de mascar y colillas de cigarros tirados en las calles.

 

Se trata de conciencia, educación y corresponsabilidad de nuestras acciones. Esto ha sido por décadas parte del colapso de la ciudad cada temporada de lluvias y no deja de ser un problema de salud pública, ya que cuando los torrenciales desbordan canales de aguas negras o saturan la capacidad de los drenajes, puede representar riesgos a la salud.

 

En estos casos, la actuación de los Servicios de Salud Pública, Vigilancia Epidemiológica y de la Agencia de Protección Sanitaria es fundamental, ya que realizan recorridos casa por casa previniendo a la población de posibles padecimientos por agua sucia, situación que pudiera ocurrir en caso de que el agua que surge de las alcantarillas se filtrara en las cisternas y contaminara los tinacos y todo el sistema de suministro del líquido para consumo humano.

 

Se pone especial énfasis en niños, mujeres embarazadas y adultos mayores; se les otorga plata coloidal y se instruye sobre cómo lavar y desinfectar las cisternas, además de reforzar las medidas básicas de higiene, como el lavado de manos y la desinfección de frutas y verduras.

 

Soy un impulsor de la transformación de los entornos y de la adopción de hábitos que mejoren nuestra calidad de vida. Cooperemos con la ciudad, respetemos y ejecutemos las formas correctas del reciclaje, así en un acto de responsabilidad daremos un adecuado destino final de la basura, pero sobre todo estaremos construyendo una nueva cultura que, sin duda, traerá impactos benéficos a las futuras generaciones.

 

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caem