La desconfianza sobre la política es un síntoma del fin de las ideologías.

 

En menos de 10 años Naciones Unidas tendrá que domesticar al mundo, así que no echemos sobre de ella tierra. Pruebas:

 

Nicolás Maduro recibe un entrenamiento político de los hermanos Castro. No ceder un centímetro con los opositores, y si se puede, enviarlos a la cárcel. Zeid Ra’ad Al Hussein, alto representante para los Derechos Humanos de Naciones Unidas estudió el expediente de Leopoldo López y recomendó al presidente venezolano abrirle la puerta de la cárcel. Indignado, y siguiendo el guion de los Castro, Maduro calificó de insensata la postura por “haberse excedido en su mandato, exhibiendo un total desconocimiento a los límites de su ámbito de actuación”.

 

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O existe régimen autoritario que vincule su gobierno con entes supranacionales. Por eso ellos, los autócratas, se inventan sus propias “instituciones”. De esos think tanks surgen jueces que impiden a los opositores viajar para reunirse con enemigos coludidos con los “imperialistas”. Tenemos el ejemplo de Henrique Capriles citándose a “escondidas” del señor presidente Nicolás, el chico, Maduro, con Felipe González, ex presidente español.

En el lenguaje puramente descriptivo se le conoce como purgas. En el otro lenguaje, con el que se simula, los demócratas de hoy purgan a sus enemigos que piensan vivir en una sociedad plural.

 

Existió una época en la que las recomendaciones de Naciones Unidas se convertían en mensajes de presión que detonaban el ridículo internacional. Don Fidel y su hermenéutica orwelliana, con la elemental ayuda de Estados Unidos y su embargo cansino, han diluido tal propósito.

 

Para Maduro no existe la vuelta en U, de él depende la preexistencia del eje chavista. Su respiración de boca a boca tiene y tendrá externalidades positivas para Evo, Cristina, Daniel y Dilma. Leopoldo López, en la cárcel, le servirá como espantapájaros. Te hablo, Leopoldo, para que me entiendas, Henrique (Capriles).

 

¿Cómo va a nacer la nueva ONU?

 

La expansión del Estado Islámico no sólo obedece a la muy posible desintegración de Irak cuyo foco geográfico cubre a países como Siria, Libia, Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Egipto e Israel. Tampoco obedece a una escisión yihadista, la realidad es que el Estado Islámico terminará por convertirse en una especie de brazo armado de los indignados con el imperio; el eje del mal, nos dirían algunos.

La escenografía está lista. La lista de voluntarios internacionales que piden adherirse a la supranacional yihadista es abultada. En ella destacan alemanes que cuestionan la política monetaria de Angela Merkel; franceses que ya no quieren ver el retorno de Sarkozy al Palacio del Elíseo. La tasa de desempleo en la sede del califato que intentan instaurar los fanáticos asesinos del Estado Islámico se cerca al 0.1%. El catálogo laboral es amplio: secuestrar, torturar y degollar aunque también requieren de gente que haga las veces de community manager.

¿Sabes tuitear? ¿Articulas estrategias con tendencia a seducir a fanáticos? ¿Eres de los que piensa que la política está muerta y que la que se presenta como tal es mitad recuerdo y mitad ficción? ¿Estás de acuerdo que las fronteras entre partidos políticos son entelequias que se reactivan durante las campañas electorales? ¿Eres de los que no cree en las políticas de minimización del gasto público? ¿Eres latinoamericano y ya no le crees a Maduro? ¿Eres argentino y eres de los que piensa que la Cámpora (una especie de Masía para las estrellas del equipo Barcelona, es decir, una escuela de futbol; para el caso de los Kirchner, su escuela política en la que el alumno estrella es hijo de Cristina) es el futuro de tu país? Bienvenido al Estado Islámico. Un califato en el que encontrarás un futuro mejor.

China será, potencialmente, la sede de la nueva ONU. Hong Kong y su revolución del paraguas se acerca a la semiótica de Tiananmén. Xi Jinping se asemeja al conductor del tanque de guerra que es increpado por un solipsista y soñador: el paraguas, tan surrealista como lo son las cárceles negras a donde van a vivir los críticos del sistema represor.

Los yihadistas del Estado Islámico están listos. Ya llegaron al pacífico Canadá. Están en Australia. Rick Perry (gobernador de Texas) los convoca en cada uno de sus discursos con los que desea hacer campaña en contra de los inmigrantes mexicanos.

La ONU será la solitaria institución desde donde se emprenderá una lucha en contra del Estado Islámico. 2020, tal vez. En ese año, Naciones Unidas se encargará de nulificar el impacto del narcotráfico en México. Tal vez.