Hace unos días cientos de coches murieron en pleno cumplimiento de su deber, y aunque muchos piensan que esta mala pasada se la debemos a las lluvias, quiero contradecirles y decirles que no. Esto se lo debemos a la histórica mala planeación de la ahora CDMX, a las coladeras atascadas de basura y a otras tantas monadas que pasan en la capital

 

Algo que me tiene un poco asombrada desde hace tiempo es que cada vez nos parecemos más a China. Bueno, déjenme dejarlo claro: cada vez más las imágenes que nos regala nuestra ciudad se parecen a cosas bizarras que antes sólo pasaban en algún lugar de China, desde escaleras eléctricas devorando personas hasta, como ahora, ver autos siendo llevados por lo que pareciera un río con corriente fuerte en plena avenida de la ciudad.

 

Si bien a todos los capitalinos les causó un poco de gracia ver a los Godínez de Santa Fe atrapados en su pequeño reino viendo con su gafete bien puesto como su coche se iba con la corriente, lo que pasó en la ciudad es escandaloso.

 

Detrás de esas imágenes hay cientos de afectados, personas cuyos coches quedaron inservibles, unos con suerte tienen seguro y algo les cubrirá, otros cuantos no lo tendrán y de plano se quedarán sin auto.

 

El auto, sin ser una inversión –pues cuesta menos cada día– es el patrimonio más importante después de la casa y con esta situación muchas personas habrán perdido parte de su patrimonio.

 

Si alguno de los que me leen están en esta situación, deseo de todo corazón que tengan seguro de auto, y si lo tienen espero que su seguro se apiade y declaren su auto pérdida total antes de cotizarles casi 150 mil por cambio de motor o alguna gracia parecida.

 

Si usted no tiene seguro lo siento mucho, seguramente con su próximo auto no se va a echar ese volado y habrá aprendido de una manera muy dura que lo barato sale caro, y que en esta ciudad nos cuidamos solos.

 

En fin, pasan y pasan administraciones y los únicos cambios que hay son mera vanidad. ¿O no, CDMX?