El Tribunal Superior de Reino Unido dictaminó que es necesario el aval parlamentario para la separación definitiva de la Unión Europea, aprobada por 51.9% de los votos en el referéndum de junio pasado. La Corte negó que el Ejecutivo tenga la facultad de implementar unilateralmente el Brexit, que se activaría en marzo del próximo año. A partir de este fallo en respuesta a una demanda de un grupo de ciudadanos, la primera ministra Theresa May no podrá ejecutar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que en opinión de algunos autoriza a cada Estado a abandonar la UE.

 

El gobierno ya anunció que apelará ante la máxima instancia judicial, el Tribunal Supremo. May discutirá el viernes la decisión con el presidente de la Comisión Europea (CE) –entidad autónoma que controla el cumplimiento de los tratados-. El vocero de May afirmó que el Ejecutivo “no tiene intención de dejar que la sentencia descarrile el calendario” establecido.

 

El grupo de querellantes es variopinto. Algunos estaba a favor y otros en contra del Brexit, pero todos exigían la intervención parlamentaria. Iban desde Gina Miller, una manager de fondos de inversión hasta un peluquero.

 

La decisión es una masiva tormenta para el Brexit y para el gobierno porque en el Parlamento británico los conservadores solo tienen 12 bancas de mayoría. Están divididos transversalmente a favor y en contra del Brexit cuando deban votar.

 

Celebran medida

 

Los mercados reaccionaron ante el fallo. La libra y las Bolsas europeas subieron ante la posible postergación del Brexit, y la libra esterlina creció 1% en pocos minutos mientras la Bolsa española subió 0.3 en media hora.