No hay duda que en la economía mexicana hay un problema de falta de competencia, de enorme concentración de mercados y de falta de autoridad. Hay muchas bebidas y alimentos procesados que demuestran cierta colusión.

Recientemente, la Comisión Federal de Competencia Económica presentó un estudio en el que demostraba que en este país se pagan precios hasta 98% más elevados de lo que deberían en productos tan básicos como los derivados del maíz, proteínas animales, lácteos y medicamentos.
Y no pasó absolutamente nada. Ni las autoridades, ni la opinión pública le dieron peso a este hecho.

El caso de la banca es diferente y no se le puede dar el tratamiento de una bolsa de papitas o una botella de refresco.

Un negocio financiero como el bancario tiene que lidiar, de entrada, con la enorme carga ideológica de aquellos que aprendieron el siglo pasado que los banqueros son los enemigos del pueblo bueno.

La realidad es que lo que se ve del negocio bancario es México, es apenas la mejor parte, la más ordenada y barata de los mecanismos de financiamiento que existen en el país.

Cuando los morenistas se le van encima al negocio de la banca, parecen olvidar que la verdadera competencia de la banca son los usureros, las tandas, los prestamistas, el crédito prendario y tantos mecanismos informales, algunos ilegales y amafiados.

Las “comisiones” que cobran algunos agiotistas informales son confiscatorias o incluso mortales. Si Ricardo Monreal tuviera realmente ganas de hacer el bien en materia financiera y no solamente disputarle el poder a Andrés Manuel López Obrador, habría empezado por regular a las casas de empeño informales que tanto daño le hacen a la gente más pobre de este país.

Entonces, la banca está en el lado formal y regulado del sector financiero. Y ciertamente tiene muchas comisiones altas.

Solo que, en ese afán de presentar a la banca como los verdugos del pueblo, los senadores de Morena hacen un análisis equivocado.

Dicen los senadores monrealistas que BBVA obtiene en España el 19% de sus ingresos por comisiones y en México, a través de Bancomer, el 36%. Esto es escandaloso pero mentiroso. Si toman en cuenta cual es la masa crediticia de uno y otro país.

En España el crédito interno al sector privado representa el 110% de su Producto Interno Bruto (PIB) y en México apenas el 35% del PIB. Entonces ahí hacen trampa con las matemáticas.

Pero ciertamente, hay un enorme margen de reducción del costo de muchas comisiones en una larga lista de servicios bancarios. No olvidemos que es oficial que hay productos básicos 98% más caros de lo debido, pero la banca vende ideológicamente.

Un análisis de las comisiones bancarias se tiene que hacer, sin duda. Pero desde el conocimiento del sector y sin la mala leche de los que quieren usar el tema para jugar vencidas dentro del equipo que viene a gobernar.

Creyeron que elegían una víctima impopular entre su base y acabaron por provocar un daño financiero importante.

 

LEG