Foto: EFE/ Archivo El estudio divulgado hoy proporciona algunas evidencias de que una de las plataformas de vacunas utilizada para el ébola puede ser adaptable a la lucha contra otras enfermedades virales  

MADRID.- Tres vacunas experimentales contra el ébola, una de ellas utilizada para combatir el actual brote del virus en la República Democrática del Congo (RDC), han logrado generar una respuesta inmune duradera que persiste durante al menos dos años y medio, según un estudio divulgado hoy.

 

Presentada en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene, que se celebra en Nueva Orleans (EU), esta investigación puede ayudar a acelerar el desarrollo de vacunas contra otras enfermedades con potencial epidémico, de acuerdo con sus autores, expertos de las universidades británicas de Oxford y Glasgow.

 

El estudio examinó la duración de la inmunidad a través del análisis de muestras de sangre de voluntarios humanos sanos que habían recibido alguna de las tres vacunas más de dos años antes.

 

Ese análisis mostró que las tres vacunas todavía estaban produciendo anticuerpos contra el virus del ébola “dos años y medio después de la inmunización”, explicó Katie Ewer, de la Universidad de Oxford.

 

Una de las vacunas, desarrollada por el grupo farmacéutico Merck, se está utilizando ahora en la RDC, donde un brote de ébola en el noroeste del país que comenzó hace casi tres meses suma ya 266 posibles casos, incluidas 168 muertes, según las últimas cifras oficiales disponibles.

 

Ya existían pruebas preliminares de que la protección de esa vacuna duró al menos dos años.

 

Los hallazgos de esta investigación servirán para decidir “qué estrategia usar para inducir una protección duradera, por ejemplo, en los trabajadores de la salud en áreas en riesgo continuo de brotes de ébola“, anticipó Ewer.

 

Durante el brote de ébola que se desarrolló en África Occidental de 2013 a 2016, los trabajadores sanitarios no tuvieron la opción de vacunarse y esa fue una de las razones por las que resultó tan difícil contener la propagación del virus.

 

Muchos de esos trabajadores fueron los más propensos a estar expuestos al contagio y murieron tras haber sido infectados por sus pacientes.


De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en aquella epidemia de ébola murieron al menos 11 mil 300 personas y más de 28 mil 500 se contagiaron.


Tras esta investigación, el siguiente paso es indagar si la persistencia de la respuesta inmune de las vacunas puede mejorarse al administrar una dosis de “refuerzo tardío” entre 3 y 4 años después de la inmunización inicial.

 

“Estudiaremos esto en un trabajo adicional en el Reino Unido y Senegal al año que viene”, detalló Ewer.

 

Por otro lado, el estudio divulgado hoy proporciona algunas evidencias de que una de las plataformas de vacunas utilizada para el ébola puede ser adaptable a la lucha contra otras enfermedades virales mortales.


En concreto, el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford ya trabaja con un enfoque similar para desarrollar rápidamente vacunas contra tres enfermedades letales: la causada por el virus Nipah, la fiebre de Lassa y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) o nuevo coronavirus.

DPC