Foto: Reuters Niñas de la etnia Rohingya en campamentos de refugiados en Bangladesh han sido vendidas por traficantes de personas para trabajos forzosos o explotación sexual, denunció hoy la OIM  

Ginebra.- Niñas de la etnia Rohingya en campamentos de refugiados en Bangladesh han sido vendidas por traficantes de personas para trabajos forzosos o explotación sexual, denunció hoy la Agencia de Migración de las Naciones Unidas (OIM).

 

En un comunicado, el organismo destacó que desde septiembre de 2017 ha identificado al menos 99 casos de trata de personas en los campos refugiados rohingya de la ciudad bengalí de Cox’s Bazar, 35 de ellos de niñas, quienes fueron sometidos a trata y explotación.

 

Más de 900 mil musulmanes rohingya han huido a Bangladés desde agosto de 2017, cuando el Ejército de Myanmar lanzó una campaña de limpieza contra dicha población, quemando cientos de viviendas, e incluso aldeas completas.

 

De acuerdo con la OIM, la mitad de las niñas vendidas por traficantes de personas tras huir de Myanmar por la violencia habían sido víctimas de trabajo forzado, mientras que cuatro habían sufrido además explotación sexual.

 

La Organización destacó que en todos los casos los traficantes se aprovecharon de los refugiados que viven en situaciones desesperadas en los campamentos de Bangladesh y los engañan con falsas promesas de trabajo y mejores condiciones de vida.

 

“Hay un número muy limitado de empleos en el campamento y para las mujeres casi no hay nada. Es por eso que salí del campamento “, explicó una joven rohingya, que terminó siendo obligada a trabajar largas horas por muy poco dinero en el procesamiento de pescado.

 

Las cifras muestran que las mujeres y las niñas atrajeron situaciones de trabajo forzoso a dos tercios de las personas que recibieron apoyo de la OIM en Cox’s Bazar, mientras que otro 10.0 por ciento de las víctimas identificadas fueron mujeres y niñas víctimas de explotación sexual.

 

“Las historias que comúnmente escuchamos son de personas vulnerables a las que los traficantes se acercan con falsas promesas de trabajo y una vida mejor. Algunas personas simplemente no se dan cuenta de los riesgos”, destacó Dina Parmer, jefa de servicios de protección de la OIM en Bazar de Cox’s.

 

Otras, agregó, pueden estar conscientes de que es peligroso, pero sienten que su situación es tan desesperada que están dispuestos a tomar medidas extremas, tal vez sacrificando a un miembro de la familia por el resto de la familia.

 

Los expertos de la OIM subrayan que los hombres y niños adultos también son blanco de los traficantes, aunque sólo representan alrededor de uno de cada tres casos, los que terminaron en trabajos forzados.

 

“Los hombres, las mujeres y los niños corren el riesgo de ser explotados por los traficantes. Pero en esta situación, la demanda es por las niñas y mujeres jóvenes, que pueden ser víctimas de trata… Su juventud, inexperiencia y aislamiento las dejan especialmente vulnerables al abuso”, agregó.

 

La OIM en Bangladesh ofrece apoyo a los sobrevivientes, incluida asistencia de salud física y mental, asesoría legal, refugios seguros, asistencia de emergencia en efectivo y acceso a medios de vida seguros, incluidos programas de efectivo para el trabajo.

 

Además, trabaja con socios para producir formas innovadoras de difundir mensajes sobre los peligros de la trata para los refugiados, entre ellos la publicación de ilustraciones cómicas que muestran historias de la vida real de víctimas de la trata de personas.

 

“Combatir la trata de personas requiere un esfuerzo conjunto. Las autoridades, las agencias de la ONU, los socios locales y las comunidades deben trabajar juntas y apoyarse mutuamente para reconocer y abordar los riesgos”, subrayó Parmer.

 

fahl