Los ingresos que recibió la hacienda nacional por la venta de petróleo durante los primeros siete meses del año fueron 567 mil millones y medio de pesos, según registros de la Secretaría de Hacienda.

De enero a julio, los ingresos petroleros aumentaron 9.1% en términos reales debido al incremento del precio internacional de la mezcla mexicana (35.7%), lo que compensó en alguna medida la caída de nuestras exportaciones petroleras en ese periodo (7.6%), según la dependencia.

Aunque la aportación de la industria petrolera al PIB nacional se ha reducido gradualmente en los últimos años, no deja de ser importante.
Los ingresos por venta de petróleo le significan al país algo así como 20% de su PIB, una cantidad nada despreciable.

Por eso no dejó de sorprender la advertencia de Andrés Manuel López Obrador, quien anunció en Tabasco “que en el mediano plazo, México dejará de vender petróleo crudo’’.

El Presidente electo también dijo que no habrá “sobreexplotación’’ del petróleo, ya que sólo se producirá lo suficiente para el consumo interno del país.

A todas luces, la declaración del tabasqueño refleja el poco conocimiento que tiene de la industria y el mercado petrolero.
Con el discurso ultranacionalista de “rescatar la industria petrolera’’, López Obrador se está dando un tiro en el pie.

Hasta ahora no se ve cómo ni de dónde podrá obtener los recursos necesarios para cumplir todas sus ofertas de campaña.
Reducirá a 50% el IVA en la frontera norte, no incrementará los impuestos, no recurrirá al crédito internacional y ahora habrá que sumar que “en el corto plazo’’ –lo que ello signifique- México dejará de recibir los cientos de miles de millones por la venta de su petróleo.

A menos que tenga un as bajo la manga, hasta ahora ni López Obrador ni su futuro secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, han explicado cómo redistribuirán el presupuesto para que les alcance a cubrir todas sus promesas de campaña, entre ellas el famoso Tren Maya.
¿Con qué se compensarán, si es que realmente se toma la decisión de no exportar más petróleo, los ingresos que dejarán de recibirse?
Parece una ocurrencia.
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El fin de semana pasado, López Obrador se reunió con los gobernadores del sur del país para dialogar sobre el proyecto del Tren Maya.
Al gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, le prometió invertir 50 mil millones de pesos en la entidad en el tramo del tren que pasará por su territorio.

También le prometió la instalación de una armadora de automóviles (?) y las construcción de tres universidades en Calakmul, Calkiní y Escárcega.
El tabasqueño dijo que le iba a ir “muy bien al estado’’ en el sexenio; lo mismo le dijo al gobernador saliente de Tabasco y a Mauricio Vila de Yucatán, que recién tomó posesión del cargo.
Si prometer no empobrece…
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El presidente del PRD, Manuel Granados, ya no quiere queso, sino salir de la ratonera.
No sólo su partido obtuvo el menor porcentaje de votos en su corta historia y, por lo tanto, el mínimo de representantes en el Congreso, sino que ahora enfrenta un conflicto laboral que podría determinar la desaparición del membrete como tal.

El sindicato de trabajadores del PRD -¿cómo iba eso de cría cuervos…?- acusa que Granados y compañía elaboraron un plan para acabar con la organización -o sea, el sindicato, no vayan a pensar mal-, que incluye despidos y recontrataciones selectivos y un programa de retiro voluntario que es tan transparente como el Río de los Remedios.
A ver cómo la brinca Granados.