Foto: Daniel Perales El lote baldío ha convertido en un basurero  

Los flancos derechos e izquierdo de lo que fue el inmueble de Bolívar 168, en la colonia Obrera de la delegación Cuauhtémoc, han comenzado a recobrar su cotidianeidad a un año del sismo del 19 de septiembre que hizo se colapsara el edificio de cinco pisos que albergó el mismo número de empresas, algunas de ellas textileras, y cobró la vida de 15 personas, 13 de ellas mujeres, y el cual hoy es un lote baldío con restos de la tragedia.

La escuela primaria Simón Bolívar, ubicada al lado derecho del 168, retomó actividades desde enero de 2018, una vez que se reconstruyó la barda que les tiró el derrumbe, boquete que a la vez fue conducto para sacar a víctimas de la tragedia.

Para niños y padres de familia la llegada del mes de septiembre les vuelve a remover sentimientos, entre ellos temor, pues los pequeños alumnos de esta escuela de tiempo completo fueron testigos de cómo se vino abajo su edificio vecino.

“Yo venía de la Narvarte, pasé por Tlalpan, llegué por acá atrás (Fray Servando), y todo estaba cerrado,  la gente decía que todos los niños estaban muertos, y fue difícil creer que mi niño ya  no estaba vivo. Gracias a Dios las maestras actuaron rápido.

“Daniel (su hijo) me explica que estaban ya sentados en el área de seguridad, que era el patio de la escuela, pero el momento en que ven que se viene el edificio, se atraparon ellos mismos en los salones, su inercia fue correr a los salones y cerraron las puertas, afortunadamente los maestros los sacaron y los trasladaron a las oficinas de la CFE (Comisión Federal de Electricidad, que está frente a la escuela)”, contó Silvia Ulloa a este diario.

Amanda Alfaro, trabaja en los juzgados del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, ubicados sobre Fray Servando Teresa de Mier, por lo que rápido llegó a la zona siniestrada; encontró a sus gemelas en el restaurante contiguo a la escuela, raspadas y con sangre, pues algunos niños se les “enterraron vidrios y tenían mucho polvo en la garganta”, como describe la propia Natalie, una de las gemelas.

“Ahora dicen que ya va a ser el 19, que va a volver a temblar, no quieren venir, todavía tienen ese miedo. Saben que va a estar el simulacro y pues no quieren venir a la escuela.

LEG