Lo que pasó ayer en el Senado no tiene precedente.

Los nuevos senadores se estrenaron con una primera votación que rechazó la solicitud de licencia del gober-senador Manuel Velasco, para que pudiera regresar a la gubernatura de Chiapas.

Como sabe, el Congreso chiapaneco al servicio de Velasco modificó cuatro artículos de la Constitución local para permitirle venir a la CDMX a rendir protesta como senador y luego regresar a terminar su administración, el 8 de diciembre próximo.

Los senadores, en una primera votación, le negaron la licencia: Morena votó en contra y el PAN se abstuvo bajo el argumento de que no era posible autorizar una licencia a un legislador que manipuló la Constitución local a su conveniencia.

Nadie del Verde salió en defensa de Velasco, nadie.

El trámite se dio por concluido ante la cara de asombro y enojo del propio Velasco.

Un segundo senador, de Durango, pidió licencia para atender asuntos locales y la asamblea votó a favor de esa solicitud, sin mayor problema.

La sesión continuó, pero Velasco pidió a los coordinadores parlamentarios que repusieran el procedimiento, algo que resultaba ilegal porque ya se había votado.

Pero los coordinadores consideraron que cualquier legislador, no sólo Velasco, tiene derecho a la licencia independientemente de los motivos, por lo que, horas más tarde, el asunto volvió a la tribuna ante el asombro de muchos y el enojo de otros más.

La salida legaloide que esgrimieron para volver a subir a la tribuna el asunto es que esta vez fue la Junta de Coordinación y no el diputado en lo personal quien pidió una nueva votación.

Las horas que transcurrieron entre una y otra votación sirvió para que se planchara el asunto; al final, 84 senadores le dijeron que sí a Velasco y el resto se abstuvo o votó en contra.

Y aunque en estricto sentido legal a Velasco no se le podía negar su derecho a separarse temporalmente del Senado, lo que deja mal parada a la Cámara alta es que el procedimiento se haya repuesto en el mismo día, cuando había una votación previa.

Bien pudieron reponerlo en la sesión de mañana, pero arriesgaron a descalificación y a una muy temprana pérdida de credibilidad.

Si no lo creen, echen un vistazo a las redes sociales; ahí verán el tamaño del desencanto.

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Por cierto, las iniciativas que se presentaron ayer en ambas Cámaras, ¿a cuál Comisión fueron turnadas, si éstas (las comisiones) ni siquiera se han constituido?

Ni siquiera se sabe cuáles Comisiones sobrevivirán a la tijera que ya anunciaron Ricardo Monreal y Mario Delgado, pero ya hay iniciativas que seguramente se quedará la presidencia de la mesa respectiva hasta que haya un grupo de legisladores que las analice y procese.

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El fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que eliminó la multa por 179 millones de pesos que el INE impuso a Morena por el manejo sospechoso de un fideicomiso, sigue dando mucho de qué hablar.

Según el Tribunal, al INE le faltó profundizar la investigación, pues no logró acreditar el destino del dinero.

Esa resolución se parece mucho al chiste aquel que cuenta que un hombre que sospechaba de la infidelidad de su esposa contrata a un investigador privado para que la siga.

Una semana después el investigador el dice que su mujer se ve temprano en un restaurante con un sujeto, se van a un centro comercial y luego a un hotel de paso.

¿Y qué más?, pregunta el esposo.

-Pues llegan al cuarto y cierran las cortinas-, responde.

-Chin-, se lamenta el marido, -nunca sabré qué es lo que pasa ahí-.

Así el Tribunal.