Algo no va bien en España cuando en las portadas de los periódicos aparece en doble página la noticia del cambio de uso horario de Europa. Algo no funciona cuando utilizan páginas y páginas para hablar exclusivamente de la hora. Algo es extraño cuando sólo hay análisis y entrevistas de gente sesuda hablando del tema.

Es verdad que el cambio de uso horario, de solamente una hora y de manera vitalicia en toda Europa, puede ser una noticia. Pero no es ni mucho menos para que aparezcan portadas y portadas de noticias y estudios específicos sobre cómo influirá ese cambio en nuestro cuerpo como si fuera un asunto de vital importancia.

En Europa y en España hay problemas relevantes que eclipsan la noticia del uso horario. Europa está dividida por la inmigración. Los países “duros”, donde están Italia, Hungría, Polonia y una parte importante de Austria, son inflexibles con la inmigración. España, Francia y Alemania lideran a esas naciones más permisivas. En medio queda una mayoría de países europeos cuyas sociedades y autoridades políticas batean para ambos lados esperando una mayor definición sobre el asunto de la inmigración. En todo caso, muchos no ocultan el sentimiento de xenofobia que empieza a haber en Europa y que cada vez es mayor.

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, el Brexit es otro gran caballo de batalla. Lo más probable es que su marcha se produzca la próxima primavera. Será un trauma para toda Europa. El PIB británico es uno de los más importantes de la Vieja Europa, y ese motor se empieza a apagar. Habrá que ver en qué condiciones pactan su salida y tendremos que ver también cómo nos reponemos.

El terrorismo yihadista es para España y Europa el otro enemigo a batir. El Estado Islámico le tiene la guerra declarada a Europa y no duda ni tantito, una y otra vez, en golpear cualquier ciudad europea para acosar a sus habitantes e imponer su ley. El Estado Islámico no va a parar hasta que no consiga su objetivo de “reconquistar” el Al-Ándalus, es decir, la actual Península Ibérica para retomar el resto de Europa y llegar hasta sus confines. Claro que esto nunca pasará, y por eso ellos siguen atentando consiguiendo que los europeos tengan cada vez más miedo.

En España tenemos problemas parecidos a los que ocurren en el resto de Europa. La inmigración, el terrorismo yihadista, qué hacer ante una sociedad que cada día vive más y se hace más longeva son algunos de los retos.

La deuda pública se hace cada vez más insostenible. En tan sólo 10 años hemos pasado a tener más de un billón 300 mil millones de euros; y además sigue creciendo.

La sanidad pública tiene que mejorar y dar cobertura a todo el mundo empezando por los connacionales.

El problema de la falta de natalidad también aparece como uno de los problemas más relevantes.

Pero no, a pesar de todos los problemas que acucian sobre España y Europa, sólo leo análisis de conspicuos conocedores que hablan del cambio de horario y de cómo afecta a la salud de los europeos.

Por eso algo no va bien. Algo no puede ir bien. Sobre todo cuando tendemos a frivolizar habiendo noticias tan serias que pueden resquebrajar a la propia sociedad.