La rabia con la que reaccionan los seguidores de Andrés Manuel López Obrador cuando alguien se atreve a criticarlo no es propia de militantes de un partido político, sino de una secta.

Si en algo ha sido eficiente la campaña del tabasqueño ha sido en el manejo de las redes sociales, en donde tiene una legión de fanáticos.

El caso de Ricardo Alemán y ahora del comediante Eugenio Derbez son una muestra clara.

Alemán perdió sus tres foros por compartir una publicación –que ni siquiera había sido suya- que los seguidores de López Obrador interpretaron como un llamado al asesinato de su líder.

El tema fue tendencia ¡mundial!, y acabó con el despido del periodista.

Derbez cometió el pecado -¡oh, perdónalo, candidato, porque no sabía lo que hacía!- de opinar que no consideraba al tabasqueño como opción política para el país.

Y entonces los fanáticos de AMLO se le fueron encima: a boicotear la película del blasfemo que osó criticar al iluminado.

Si el llamado tuvo o no éxito se sabrá la semana próxima, cuando las salas de cine que estrenaron la última película del comediante informen sobre el monto recaudado el fin de semana.

No se trata de un asunto menor.

Si López Obrador gana la elección presidencial, ¿qué sigue?, ¿guardias similares a las bolivarianas con derecho a todo… a todo?

Faltan 50 días para la votación presidencial y, salvo Margarita Zavala, no se ha escuchado el llamado del resto de los candidatos presidenciales a moderar los ánimos.

El propio López Obrador tendría que hacer un llamado a la mesura a sus seguidores, porque resultaría imposible creer que no estuviera enterado de su beligerancia.

Bájenle dos rayitas.

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El próximo 24 de mayo, los cinco candidatos a la Presidencia se reunirán con los empresarios agrupados en la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).

El interés de la reunión se centra en lo que dirá López Obrador, quien acusa al sector empresarial de corrupto.

Y es que a pesar de haber sacado su “bandera blanca’’ para hacer las paces con los empresarios, hace unos días en Nuevo León, los industriales de ese estado no le perdonan a López Obrador haberlos señalado como responsables “de la debacle del país’’.

La Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León (Caintra) reprochó al tabasqueño su discurso.

Juan Ignacio Garza, presidente de la Caintra, dijo que “ni siquiera se ha mencionado su nombre –el de AMLO- y él en poco tiempo denostó y en forma grosera a (todos) los empresarios, no sólo a los cinco que nombró’’.

Y con los industriales de Nuevo León andan con la espada desenvainada; el presidente de la Concamin, Francisco Cervantes, pidió serenar los ánimos.

Veremos el próximo día 24.

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¿Debe considerarse como una intervención al proceso electoral el llamado de Peña a poner más cabeza y menos víscera a la hora de votar?

Pues Ricardo Anaya consideró que sí se hizo un llamado para que Peña “respete el proceso electoral’’.

Ni siquiera fueron ahora los de Morena los que consideraron una intromisión del Presidente, como era de esperarse.

Hasta ayer, al menos, no había sido presentada ante el INE ninguna queja formal por los dichos del Presidente.