Ricardo Anaya está ante su última oportunidad:

O cambia la estrategia o asegura su fracaso.

Tendrá, recurramos a un símil, el fin de Roberto Madrazo en 2006, aunque en esa ocasión el priista cayó al tercer lugar y el mexiquense avecindado en Querétaro es segundo.

No es especulación personal.

La consideración -¿o ultimátum?- es de su propio equipo de trabajo y no a consecuencia del debate y la permanencia de Andrés Manuel López en la punta de las encuestas.

Desde antes de la primera confrontación, el domingo pasado, ya se analizaba cómo dar un viraje para cimbrar la estructura interna y mover a la sociedad en general.

Había una expectativa:

Si Anaya salía vencedor, me adelantaron, sería conveniente trabajar en la adhesión de la multitud de priistas desencantados.

Pero hoy, seguros de su vitoria dominical, no bastarían esos escépticos del otrora partidazo para remontar la diferencia de siete o nueve puntos de sus encuestas internas.

Pero hay salida, dicen sus distintos equipos de trabajo.

CAMPAÑA “MÁS AGRESIVA”

Lunes y martes se discutió cómo romper “el escenario inercial actual”.

He aquí las primeras conclusiones:

En primer lugar, reagrupar a la militancia de los partidos aliancistas –PAN, PRD y MC- en torno a Ricardo Anaya.

En segundo, actuar hacia afuera con “más agresividad y determinación” a fin de atraer a los indecisos con ofertas nuevas y más atractivas.

En tercero, posicionar lo repetido hoy, pero arraigado en la mente nacional: la campaña es entre dos –Andrés López y Ricardo Anaya-, y desentenderse de José Antonio Meade.

El remate está en el cuarto punto: llamar al voto útil -como en 2006 para Felipe Calderón y en 2012 para Enrique Peña-, la mejor manera de aprovechar el rechazo de 70% de los mexicanos al tabasqueño.

Los distintos grupos de estrategia, en especial los publicistas, discuten cómo hacer efectivo este cambio y sobre todo cómo estructurar los mensajes.

Pero como siempre, hay resistencias internas y ahí está el nudo… por ahora.

Y MÁS ENERGÍA CON TRUMP

1. El Senado de la República fue más lejos de lo esperado ante la animadversión del gobierno de Donald Trump.

Y lo insólito: la cancillería atendió el exhorto del cuerpo senatorial presidido por el panista Ernesto Cordero y envió la advertencia a la Embajada de Estados Unidos y al Departamento de Estado.

En ella, legisladores de todos los partidos piden al Gobierno mexicano exigir respeto a México o, de lo contrario, suspender la cooperación en materia migratoria y de seguridad.

¿Y sabe qué?

La administración de Enrique Peña sí analiza ese escenario.

2. José Antonio Meade ha dado con una estrategia para desubicar a Andrés Manuel López.

La principal es el señalamiento de cómo ha convertido a Morena en empresa familiar porque sus hijos –José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo López Beltrán- toman decisiones y se llevan los beneficios económicos.

Pronto habrá sorpresas en torno a este nepotismo.

Y lo segundo son los departamentos: no hay pruebas en el Registro Público de la Propiedad de la donación a sus hijos ni el pago correspondiente al SAT.

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