Absolutamente a nadie le gusta que aumenten los precios, menos en los productos básicos, pero en México será así. No hay nada que ocultar, la inflación va a seguir creciendo y uno de los elementos de mayor peso es el aumento que vendrá en el precio de las gasolinas. La gente de a pie lo siente, y lo confirman los análisis económicos de diferentes instituciones financieras que los costos al consumidor serán aún más altos de lo previsto para 2018.

Pagaremos más por productos y servicios. Suspire, porque lo que se estima  es una tasa anual de inflación general de 3.85%, desde el estimado 3.83% previo. No es un asunto menor, y es que el objetivo de inflación del Banco de México es de 3% más/menos un punto porcentual. Todas las previsiones indican que no hay forma que se cumpla este objetivo. Ya ni se hable del tipo de cambio, sumamente deteriorado.

Nuestro peso está presionado. Incide en ello la incertidumbre que causan las elecciones del país de este año y, por supuesto, las inestables negociaciones para “modernizar” el Tratado de Libre Comercio de América y el que se tiene con la Unión Europea. No se sabe hasta dónde llegará el dólar, pero a la mitad de diciembre superó los 20 pesos.

El precio de la gasolina, que es un asunto de gran complejidad en el tema que le platicamos, es minimizado por la propia empresa productiva del Estado, donde en un escueto comunicado afirma que mantendrá la política de precios graduales de combustibles que se aplica exitosamente desde hace un año en nuestro país y rechaza categóricamente cualquier comentario especulativo al respecto de supuestos incrementos, enfrentándose a los comentarios de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas), que lleva Pablo González, afirmando que representan menos de 5% del total de empresarios del sector, por lo que les pide no se pongan de escandalosos ni alarmistas con un nuevo gasolinazo.

La Amegas afirma que las gasolinas Magna y Premium subirán hasta 20 y 23 pesos por litro en 2018. Señalando que ello desatará una serie de aumentos en los productos y servicios básicos en todo nuestro país. Un nuevo gasolinazo, Pemex lo desmiente, pero una mala noticia para nuestro país, y le dejó el dato, es que los precios internacionales o de referencia de los combustibles reportan un alza paulatina; derivado de la recuperación de los costos del petróleo, que a nivel mundial pasaron de un promedio de entre 48 y 50 a 56 dólares por barril.

Es difícil, pero hay que entender que existen acciones que se realizan a nivel internacional, que no dependen de nuestro gobierno, para que incremente el precio del petróleo y, en consecuencia, las gasolinas. Las alertas se prenden, además, porque la Organización de Países Exportadores de Petróleo pretende reducir su producción.

Un número cada vez mayor de empresas extranjeras, incluida Koch Supply & Trading Mexico, o KMEX, planea invertir en terminales portuarias, instalaciones de almacenamiento de combustible y otra infraestructura logística para competir con Petróleos Mexicanos.

Nada fácil en el panorama para el energético y las consecuencias que el alza del precio de las gasolinas que tendrá para la alicaída economía de nuestro país que, a lo sumo, creció 2% en 2017.

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