Volkswagen México declinó ofrecer detalles sobre la controversia en la que se encuentra la firma alemana que este martes confesó haber equipado 11 millones de coches en todo el mundo con un software destinado a manipular los resultados de los controles de contaminación.

 

La empresa inició en la planta de Puebla -la segunda más grande después de la alemana- la producción de las versiones diésel de los modelos Golf, Beetle y Jetta, que se encuentran entre los modelos que de acuerdo con las autoridades estadunidenses contaban con un programa para falsear los resultados de las pruebas de contaminación.

 

Según la denuncia de la Agencia de Protección del Medio Ambiente estadunidense, los modelos que deben ser revisados son las versiones de cuatro cilindros del Jetta, Beetle, Audi 3, Golf y Passat, los cuales emiten hasta 40 veces más contaminantes que lo permitido.

 

Consultada sobre las implicaciones locales del escándalo ya conocido como el dieselgate, fuentes de la compañía señalaron que “es muy temprano para conocer si hay afectaciones en México en cuanto a ventas o producción” y que aguardarán la instrucción desde Alemania.

 

La planta localizada en la periferia de Puebla emplea a unos 11 mil trabajadores y 80% de los automóviles que produce se exporta principalmente a Estados Unidos y Canadá. En la misma zona Audi abrirá una fábrica a finales de este año.

 

Ayer mismo, el ministro de Economía de Baja Sajonia, el estado región alemán que tiene 20% de las acciones de VW, Olaf Lies, declaró este martes que “habrá que establecer quién sabía qué, quién tomó las decisiones”.

 

El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, tendrá que rendir cuentas de la situación en una reunión de una parte del Consejo de Vigilancia prevista para este miércoles.