Stephen Curry es la figura de los Warrios de Golden State, y parece que tiene un amuleto que llevó al equipo a disputar las finales de la NBA, que están empatadas 2-2 ante los Cavs de Cleveland.

 

Ese amuleto de Curry es su pequeña hija Riley, la denominada reina de los Playoffs de la NBA.

 

En todo momento, la pequeña está al frente del micrófono, aunque la intenten mantener fuera de las cámaras siempre aparece.
   

 

Como cuando en plena conferencia  llegó como un fantasma, jalando una manta negra que servía de separación entre la sala de conferencia y los vestidores.

 

 

       

 

 

O cuando luego de una victoria de su padre, la niña se dio cuenta que estaba en la pantalla gigante del estadio.

 

 

La pequeña ya tiene marcaje personal por parte de los medios, la andan buscando y en ocasiones la captan haciendo travesuras, como cuando le ofreció su chicle a uno de los periodistas que cubrían la conferencia de prensa de la súper estrella de basquetbol.

 

 

 

Pero la nena se ganó el corazón de todos cuando, primero le pidió a su padre que se callara en plena conferencia de prensa, y días después, no ocultó su aburrimiento ante las preguntas de los reporteros.

 

 


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