¿Quienes de nosotros no desearíamos tener una vida plena? Esa vida donde nos pudiéramos sentir satisfechos con lo que somos, contentos de hacer lo que hacemos, sentirnos completos como personas y lograr esa conexión que nos da esa paz interior tan anhelada por muchos.

 

Es un hecho que sentirnos plenos es algo que todos queremos experimentar en la vida, pero no siempre lo logramos, es un premio obtenido solo por unos cuantos, pues las presiones de la vida, las frustraciones, las metas inalcanzadas, la angustia y la desesperanza de vivir en este mundo lleno de situaciones difíciles como por ej. las enfermedades, la falta de empleo y oportunidades para las personas hacen que lograr tener una vida plena sea algo lejano a nosotros.

 

Sin embargo no podemos esperar que el mundo cambie y se acomode para que cada uno de nosotros estemos bien y podamos sentirnos contentos y satisfechos, eso es imposible; hay que trabajar interiormente. Para lograr vivir en plenitud se requiere de un trabajo personal, no es algo que llega solo, no depende de lo que sucede afuera, depende de lo que sucede dentro de nosotros, de todo aquello que hagamos por conocernos a nosotros mismos, saber que sentimos, que fortalezas tenemos, reconocer que queremos en la vida y que no queremos.

 

Plenitud

 

 

Esto implica reconocer nuestras emociones darles un nombre y acreditarlas como parte de nosotros, es aprender a detectar lo que siento así como aprender a manejarlo para no explotar sin darme cuenta de que fue lo que paso que me llevo a este momento incomodo.

 

Si no reconocemos nuestras emociones es muy fácil caer en conflicto con nuestros seres queridos y con aquellos con las que compartimos las labores del día, pues cuando no aprendemos a manejarlas, ellas nos manejan a nosotros y hacemos y decimos cosas que pueden herir a quien mas amamos, y a quienes tenemos cerca, lo cual nos aleja de vivir en paz y sentirnos plenos.

 

Carl Rogers dice que para lograr una vida plena es importante:

 

Conocernos, conocer nuestras emociones, aceptar que nos podemos equivocar, aceptar nuestros momentos emocionales y poder vivir con ellos, tomar decisiones percibiendo con nuestras antenas lo que nos ofrece el mundo y lo que siente nuestro cuerpo, es decir tomando en cuenta nuestra experiencia personal, y aprender a fluir.

 

Al reconocerme como ser integral, (conformado por cuerpo, mente, espíritu y esencia social) permite que pueda orientar mi búsqueda interior y trabajar en cada una de estas partes que me conforman como ser humano para conectarlas y lograr que fluya la energía entre ellas; con esto podré sentirme mas completo e integrado, mejorando primero mi relación conmigo mismo y después con el mundo que me rodea; esto sin duda me podrá ir acercando mas a lo que es vivir una vida plena.