ruben-hernandezOAXACA.– La algarabía y la explosión sensoriales de la ciudad no se diluyen al cruzar el umbral de Azul de Oaxaca: se transforman en una atmósfera que pareciera regresarnos a los campos de agave de Matatlán, donde a veces pareciera que el universo es sólo nuestro, que los montes, las nubes, los agaves, se alinearan de manera perfecta e irrepetible en una oración para la Tierra.

Es la esencia, el espíritu; la geometría vuelta lenguaje de los trabajos y los días: quintaesencia del alma narrada por los apóstoles del arte oaxaqueño, Francisco Toledo, Rubén Leyva, José Villalobos, Luis Zárate, para cimbrar una resurrección de los sentidos a través de una lluvia de formas, de símbolos, de recuerdos.

El edificio que alberga Azul de Oaxaca es una vieja casona de 1874 acondicionada por Pedro Luis Macías Bustamante y el Grupo Tres Manos Arquitectura, contando con la supervisión de Héctor Esrawe, responsable además del mobiliario y el concepto de interiorismo.

Azul_Terraza

“El hotel boutique alberga 21 habitaciones. Toledo, Leyva, Villalobos y Zárate, además del Colectivo Frijol Parado, definieron cinco suites de manera individual, en coordinación con Esrawe. Es un espacio que abre sus puertas a todo aquel que quiere vivir la experiencia de un estado tan rico como lo es Oaxaca.

“Esto queda patente en las esculturas, mosaicos, detalles en habitaciones y áreas comunes del hotel, así como en el menú. Hay una inspiración declarada en las fiestas y las tradiciones, en los objetos y herramientas de la cultura popular del estado. La magia de Oaxaca se respira en cada rincón de con un espíritu contemporáneo y chic, logrando la mezcla perfecta para brindar a todos sus huéspedes un ambiente de comodidad completamente mexicano”, expresa.

azul_restaurante

Azul de Oaxaca se ubica en los alrededores del centro de Oaxaca, en la calle de Abasolo, a tan sólo unos metros de la emblemática Catedral de Santo Domingo. El distintivo color azul del inmueble es ya por sí solo una referencia ineludible para locales y viajeros. Desde su terraza, puede apreciarse el paisaje oaxaqueño, enmarcado en su condición de valle que alberga historia, tradición, vida.

“La estrecha relación que se mantiene con el arte, la cultura y el diseño de la ciudad logra un vínculo único con las raíces del estado. Es Francisco Toledo, uno de los mayores representantes de la cultura oaxaqueña a nivel internacional, quien ha creado obras de arte alrededor de los espacios del hotel, los cuales comienzan a guiar al huésped desde el lobby hasta la terraza.

Azul_Leyva

“Asimismo hemos hecho de los sabores una parte esencial de nuestra propuesta, tomando como base la gastronomía de la región. Constantemente resaltamos la cocina tradicional oaxaqueña, a la vez que incorporando elementos de la cocina moderna”, precisa Macías Bustamante.