Este domingo, la bandera monumental no fue izada como todos los días en la explanada del Zócalo de la Ciudad de México, pero otras cientos eran llevadas por algunas de las miles y miles de personas que ayer acudieron en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y la democracia en México.
Desde Avenida Reforma, pasando por Hidalgo, Balderas, Eje Central, 20 de Noviembre, Madero, Venustiano Carranza, Tacuba y 5 de Mayo, llegaban puntuales a la cita familias completas a la concentración convocada por la sociedad civil, para expresar a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) su confianza para declarar inconstitucional el Plan B en electoral, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Respeto a Mi Voto”, “El INE No se toca”, “Yo Defiendo al INE”, “El INE defiende mi voz”, se leía en las pancartas que portaban niños, jóvenes, padres de familia, personas de la tercera edad y algunos que hasta dejaron de trabajar para poder asistir a la concentración.
Fue un domingo en familia, pero ahora defendiendo a la democracia, se escuchaba entre los transeúntes.
“No somos acarreados” y “ojalá nos cuenten bien”, decían los ciudadanos a su arribo pacífico al Centro Histórico, llenando poco a poco el Zócalo capitalino, con la emoción a cada paso y la esperanza de que los ministros de la Corte escucharan su mensaje.
A las 11:00 horas se lograba el objetivo y, así como en otras ciudades del país, en la Ciudad de México comenzaron los discursos, arrancando con el exministro José Ramón Cossío, quien desde el templete llamó a los actuales ministros a resistir ante las presiones de la Cuarta Transformación, mientras los aplausos y los gritos de apoyo retumbaban: “La Corte tiene misión: Defender la Constitución”.
En esta ocasión quien fuera el vocero de la primera marcha en defensa del INE y expresidente del otrora Instituto Federal Electoral (IFE) José Woldenberg, decidió acudir a la marcha pero sin estar en el templete y desde los arcos de las oficinas del Gobierno capitalino, estuvo todo el tiempo acompañado de algunos políticos.
Los dirigentes partidistas tampoco fueron protagonistas, pues en la explanada y sin ninguna sombra que los cubriera del sol, también gritaron y aplaudieron, como ciudadanos y con una misma consigna: la defensa de la Democracia.
Casi al mediodía, el Himno Nacional hizo retumbar los muros del Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana, la Suprema Corte y el antiguo Palacio del Ayuntamiento, a la par que las escalinatas de la Corte se llenaron de flores blancas y rosas.
Y finalmente, tras el emotivo momento del Himno Nacional, el fervor de los asistentes concluyó con un ¡Viva México!
LEG