Si el ambiente militar está de por sí candente por el tema de la sucesión del general Galván, la periodista Isabel Arvide está por echarle más gasolina al fuego y armar un buen rebumbio en sus filas. Y es que después de años de intentar publicar un libro en el que narra sus vivencias (e incluso intimidades) con los hombres de uniforme azul zeta, éste saldrá a la luz la próxima semana bajo el título de Mis generales.
Desde la misma portada es provocador. Aparece un beso en la gorra de un general. Y en sus páginas, según refiere la propia Arvide, “me dediqué a hilvanar crónicas que desvistiesen a los poderosos hombres que portan águilas y estrellas”; narra en ellas “mis ‘verdades’ más escalofriantes”, y está segura de que muchos militares “estarán contentos” de lo que ahí narra y muchos otros “enfurecerán”.
En el volumen aparecen historias de los últimos cinco secretarios de la Defensa Nacional (Juan Arévalo Gardoqui, Antonio Riviello Bazán, Enrique Cervantes Aguirre, Gerardo Clemente Vega García y Guillermo Galván Galván), así como de cuatro de los cinco aspirantes a presidir la Sedena a partir del 1 de diciembre próximo: Moisés García Ochoa, Leopoldo Gaytán Ochoa, Luis Arturo Oliver Cen, Marco Antonio González Barreda (al quinto, Salvador Cienfuegos, no lo ha tratado).
Arvide reseña “con autenticidad, con dolor atravesado en mis propios devenires compartidos”, ¿quiénes son esos hombres, cómo eran los usos y costumbres de los viejos militares? ¿Mataban o no mataban? Y obsequia también la reseña más documentada sobre el caso del general Jesús Gutiérrez Rebollo, primer divisionario detenido y acusado de nexos con el narcotráfico.
Eso es lo que nos anuncia ahora Isabel. Ahora agrego que si al texto original que leí hace más de cinco años no se le hicieron mayores cambios, se van a ir para atrás al leerlo.
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“EL SÍNDROME DEL VERDE”.- En las filas panistas hay quienes no se andan con miramientos. Ya le llaman “el síndrome del Verde” a los intentos de Felipe Calderón -según su versión- de “apropiarse” del PAN. “Quiere el partido para su hermana, para su esposa y para sus cuates”, sueltan con enojo.
Otros son más prudentes en sus expresiones, pero a fin de cuentas marcan su distancia. Tal es el caso de Rubén Camarillo, quien busca coordinar la bancada blanquiazul en la Cámara de Diputados. Ayer subrayó que una elección, antes que otra cosa, “es un referéndum de los gobiernos que estamos haciendo”.
Y sobre la participación del Presidente en la “reflexión” sobre la derrota panista, diría que bien puede hacerlo, pero como militante. Y lo que realmente le parece un “despropósito” es “querer ajustar los tiempos del partido a los tiempos de un gobierno que prácticamente estamos entregando, un gobierno que perdimos”.
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MONREAL LOS RETA.- Pues Ricardo Monreal dice que no les tiene miedo a los priistas, que seguirá presentando más denuncias en contra de los que, afirma, operaron recursos para financiar la campaña de Enrique Peña Nieto; y que él mismo irá la próxima semana a la Procuraduría mexiquense para que le tomen declaración y de paso irá a ver al gobernador Eruviel Ávila.
“Que ya no le piensen, que de los cientos de abogados que tienen en el Estado de México empiecen a construir la denuncia, que no se tienten, que no simulen ni tengan temor, que la presenten porque ahí voy a estar, con el Procurador para que me denuncie y con el Procurador para que me tome la declaración”, retó ante decenas de cámaras en los patios del Senado.
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GEMAS: Obsequio del líder priista Pedro Joaquín Coldwell para Andrés Manuel López Obrador por su decálogo: “Me parece que es la misma gata, sólo que revolcada”.
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