El miedo al virus y el amor a la vida llevaron al enfermero Joan Pons Laplana del Hospital de Sheffield, en Reino Unido, a ser voluntario para la aplicación de la vacuna de la Universidad de Oxford, la cual se encuentra en su fase 3 y se espera que los resultados sean entregados a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en noviembre próximo.
En entrevista con 24 HORAS el enfermero de origen catalán, pero que radica en Inglaterra, explicó cómo ha sido el proceso desde el mes de mayo, cuando científicos de Oxford, le enviaron un correo electrónico pidiéndole ser voluntario.
“En primera línea he vivido el horror y también la frustración, la impotencia y la soledad de este virus. Oxford quería voluntarios específicamente enfermeros en primera línea, porque la única manera de saber si la vacuna es efectiva, es que los voluntarios estén expuestos al virus y, de esta manera podían generar muchísimo más rápido la fase 3, que normalmente dura 2 o 3 años, así lo pudieron hacer sólo en unos cuantos meses”, narró.
Fue así que el 5 de junio, le aplicaron la primera dosis de la vacuna contra Covid-19 y, espera una segunda dosis en septiembre próximo.
“Los primeros resultados dicen que hay una pequeña diferencia en cuanto al número de anticuerpos, es un poquito mejor con dos dosis. Sabemos que a los 28 días produce mejores resultados con dos dosis, ahora quieren saber si a los 90 días hay un mejor porcentaje de inmunidad”, explicó.
El enfermero Pons Laplana, -a quien su esposa no la habló por tres días al enterase que sería voluntario en el ensayo clínico- reconoció que siempre está el riesgo de tener secuelas a largo plazo con un proyecto experimental como el de la vacuna contra Covid-19; sin embargo, aclaró que hasta el momento se ha sentido bien de salud y, reconoció que prefirió arriesgarse para vivir tranquilo.
Joan refirió que desde junio le practican un análisis cada mes -igual que al resto de los participantes- lo que permitió confirmar que el 100% de los voluntarios han producido anticuerpos y también células T “que son la élite de los linfocitos, porque pueden detectar y acabar con el virus mucho más rápido y además, duran mucho más que los anticuerpos normales”.
De esa manera confió que como regalo de Navidad se pueda aplicar la vacuna a las personas de alto riesgo.
FRASE
“Hay que ponerlo en la balanza: esperamos dos años y que miles y miles más de personas se mueran, o sacamos la vacuna antes de Navidad y podemos como mínimo parar la mortalidad. Yo prefiero ponerme la vacuna, que arriesgarme cada día”
Joan Pons Laplana,
enfermero en Reino Unido
LEG