Ante miles de personas que marcharon del Ángel de la Independencia al Monumento a la Revolución, donde se instaló un templete, Adrián LeBaron –padre de Rhonita Miller, quien murió calcinada junto a cuatro de sus hijos, además de dos mujeres y dos menores el 4 noviembre en Sonora– afirmó que seguir viviendo como si nada sucediera, es un acto de cobardía infinita y significa ser parte de un suicidio colectivo.
“Porque cada muerte, lo quieran o no aceptar, es un pedazo de vida que se apaga dentro de nosotros. Perdonen si los ofendo, pero mis lágrimas brotan y no las puedo controlar. Mi furia es del mismo tamaño que mi deseo por vivir”, aseveró acompañado de Julián LeBaron y otros activistas.
Afirmó que matar a mujeres, niños y bebés es un acto despiadado. “Es la peor pesadilla para un padre, para una madre, para una familia y para un país. Mi hija y mis nietos ahora son estrellas que viven junto a la luna”.
Adrián LeBaron dijo que cada acto de violencia es un agujero que destruye el tejido –social– poco a poco, y añadió que es momento de levantar del piso todas las piezas de dolor que han acumulado para construir con ellas un nuevo sol, que derrita el miedo que tiene a la población paralizada.
“Perdonen si no es mi interés mentarle la madre al Presidente, ni a los fifís, ni a los chairos, perdonen por haber dejado de creer en todas las excusas que nos hacen diferentes unos de otros, perdonen, pero mi corazón está demasiado lleno de dolor y, extrañamente, el día de hoy sólo puedo pensar en mi deseo de vivir”, apuntó.
También guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas. Al concluir el discurso llamaron a los presentes a dirigirse al Museo de Memoria y Tolerancia donde recibieron abrazos y condolencias; además colocaron una manta con la leyenda “Manos inocentes por el derecho a la vida”, e invitaron a la ciudadanía a plasmar sus palmas con pinturas de colores.
Adrián se dijo listo para que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo arme. “Este día todos nosotros debemos estar enfrente del actual Presidente y decirle que nos arme, caballeros. Que estamos dispuestos a entrarle a los chingadazos, como soldados que somos. Yo sí estoy listo para que me arme”, refirió.
Alejandra Morán, lideresa de Nosotros Somos Chalecos Amarillos, indicó que a la marcha de la CDMX –que se replicó en al menos 18 ciudades del país–, asistieron 100 mil personas, entre quienes se encontraba integrantes del PRD como Verónica Juárez; del PAN, como Marko Cortés, líder nacional, Santiago Creel, Gustavo Madero, Kenia Rabadán y Mariana Gómez del Campo, entre otros; y Margarita Zavala, ex candidata a la Presidencia de la República.
A diferencia de otras marchas, los asistentes tuvieron que sortear a ciclistas, autos y autobuses que transitan por Reforma, pues no se implementaron cierres de vialidades.
Con información de Jorge X. López y Karina Aguilar
LEG