Con el fin de impulsar el desarrollo de medicamentos derivados de la amapola para cubrir la demanda nacional de éstos y proteger a los campesinos y productores agrícolas que tienen en el cultivo de la planta su sustento y el de sus familias, Manuel Añorve, senador del PRI por el estado de Guerrero, donde se siembra la adormidera, presentó una iniciativa de ley para legalizar el uso de la amapola con fines medicinales y terapéuticos.
Al argumentar la propuesta, destacó que en México se ha privilegiado el prohibicionismo como principal política antidrogas, “provocando un mercado negro de producción y distribución de estas sustancias”, las cuales se consumen para paliar el dolor.
En Guerrero, alrededor de 120 mil personas siembran y cosechan amapola, y se estima que también produce al menos 50% de la amapola de nuestro país.
De acuerdo con Añorve, debido a lo lucrativo que resulta el negocio de la heroína para los grupos criminales, es que se ha desatado una guerra para controlar los campos de siembra de amapola, “volviendo inaccesibles valles montañosos donde se extiende la pobreza y convirtiendo a los campesinos de la zona prácticamente en esclavos, quienes se ven obligados a sembrar ilícitamente esta planta”.
En agosto pasado, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión recibió una iniciativa de reformas del Congreso local de Guerrero, con el fin de legalizar el cultivo de la amapola.
fahl