Ni el fuero que le acaban de regalar salvará a Napoleón Gómez Urrutia  del enojo de los mineros de la sección 271 de Michoacán. El escándalo es grande y ligado a desvío de dinero y a millonarios acuerdos en lo oscurito entre el charro de la 4T y las empresas.

Los trabajadores descubrieron que desde hace años, Napillo ha transado con la empresa la entrega del reparto de utilidades, al pactar que a los mineros les dieran tan sólo una parte de lo que les correspondía por este derecho, y a cambio recibió millonarias cantidades de dinero.

Son aproximadamente mil 200 trabajadores a los que les vio la cara por años. Él sin mover un dedo, recibió el pago que le correspondía a sus agremiados, dinero que, sin duda, le hace falta a las familias mineras.

Resulta una bomba de tiempo, ya que aunque Napillo da indicaciones al Comité local de calmar a como dé lugar los ánimos, los trabajadores se dicen hartos de tanto abuso por parte de este vividor y aseguran que no levantarán la huelga que mantienen desde hace más de 15 días.

Los engaños y abusos de Gómez Urrutia contra los mineros de esa sección no son nuevos. Esos trabajadores a los que les ha robado por años, fueron los mismos que hace 18 años engañó para que se levantaran en huelga y estallaran uno de los movimientos  más violentos, vivido en el sector minero mexicano, el pretexto fue violaciones al contrato colectivo de trabajo, pero no fue así, él ordenó la huelga en protesta porque el gobierno lo desconoció como Secretario General, por no ser minero y usurpar el cargo argumentando ser la herencia que le dejó su padre.

Mientras él se escondía en Canadá porque además le robó mil millones de pesos a los mineros de Cananea y vivía como millonario de las cuotas sindicales y de los desfalcos a las utilidades, los integrantes de la sección 271 arriesgaban su vida en el movimiento iniciado por Napillo. Como es costumbre, él llevó las cosas al límite y desgraciadamente dos mineros murieron en enfrentamientos.

Ese es el saldo de Gómez Urrutia con la sección 271, dos compañeros muertos, muchos lesionados y un robo millonario cometido por años, aún incuantificable.

Se sabe que el negocio que Napillo tenía con las utilidades abona de manera importante al enriquecimiento ilícito que tiene y la ecuación es sencilla, ni volviendo a nacer y ni sumando los salarios que ha tenido en sus contados trabajos logra justificar el excesivo y grosero nivel de riqueza que tiene.

Por ello, no es sorpresivo que él haya sido el más interesado en promocionar, votar y aprobar la reforma laboral de 2021 que mutiló y topó las utilidades a 90 días, en lugar de dar 10 por ciento que ordena la Constitución. Tal cual, la reforma le dio el camino libre para seguir negociando como con las empresas las utilidades.

Las cosas en la sección 271 no se calmarán tan fácilmente, ya las mentiras no le alcanzan ni a Napillo ni a sus cómplices. El de por sí ya devaluado sindicato minero que maneja como empresa familiar se está desmoronando, todos se culpan entre sí, se señalan de rateros y cada vez son más los que salen del Comité Nacional.

Hace 14 años, miles de mineros nos hartamos de los robos de Gómez Urrutia, nos cansamos que el hijo del líder sindical que no era minero y que nunca había trabajado en una mina nos explotara, nos estafara y se apoderara del sindicato. Estoy seguro de que no seremos los únicos en alejarnos de ese charro farsante. Las cosas caen por su propio peso y a Napillo ya lo están aplastando.

 

   @CarlosPavonC