El domingo 26 de febrero de 2023 pasará a la historia como el día en que los mexicanos, hartos del autoritarismo, de la imposición y de ver cómo desde el poder se atentaba contra el órgano garante de las elecciones, el Instituto Nacional Electoral (INE) salieron a defenderlo. Nacía la Marea Rosa.

En 2023, salieron a marchar a las calles con un solo objetivo, pedirle a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) detener el denominado Plan B del presidente, Andrés Manuel López Obrador, ese que dejaba sin resguardo el traslado de los paquetes electorales el día del proceso, de las casillas a las Juntas Distritales para el conteo oficial.

Recordemos que también proponía que los servidores públicos “en uso de su libertad de expresión” o “en el ejercicio de sus funciones públicas” promovieran los logros de gobierno y que los candidatos no perdieran el registro por omitir presentar el informe de precampaña o el rebase del tope de gastos.

El Plan B también pretendía reducir un 84.6% al Servicio Profesional Electoral y desaparecer la rama administrativa, lo que modificaba la estructura del INE y vulneraba su autonomía e independencia para garantizar comicios libres.

Fue en defensa del INE que nació la denominada Marea Rosa, la misma que tanto molesta al presidente, Andrés Manuel López Obrador porque evidencia que no todo México aplaude su política.

Es la misma Marea Rosa que si bien no tiene, de origen, una identificación partidaria, logró dar las firmas para que una ciudadana que no ha militado en partido político alguno, llegara a ser la candidata presidencial que a la oposición no le quedó otra más que adoptar.

Es la misma Marea Rosa que logró lo que nadie: obligar a los enquistados líderes de los principales partidos políticos de oposición a abrir las puertas a los ciudadanos vestidos de rosa. A los ciudadanos que ya no querían políticos tradicionales como candidatos. A los ciudadanos vestidos de rosa que se sienten representados por quien los ha acompañado en la defensa de las Instituciones.

Es esa Marea Rosa que ayer volvió a llenar las plazas públicas de más de 130 ciudades del país y sobrepasó la capacidad del zócalo capitalino, por lo que sólo bastó abrir una cortina de Palacio Nacional para darse cuenta que el 2 de junio no será un trámite fácil.

Quizá por todo ello, debemos preguntarle a la presidenta consejera del INE, Guadalupe Taddei quien critica el uso del color rosa que hacen los ciudadanos en las marchas, dónde estaba ella cuando los mexicanos salieron a defender el organismo que ahora dirige, que le permite autonomía y que, de apegarse a la legalidad, la colocará de manera histórica como la persona que dio a conocer el resultado electoral más importante de la historia moderna del país, le permitirá informar que una mujer, independientemente del partido que sea, será la próxima presidenta de México.

Mientras tanto, el 19 de mayo de 2024 pasará a la historia como el día en que Xóchitl Gálvez logró congregar a ciudadanos conviviendo con militantes de los partidos que abandera, en ese México unido por un solo sol y una sola bandera.

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

Terminaron los debates, independientemente de quién ganó o perdió, ¿usted ya sabe por quién votar?

 

      @aguilarkarina