Israel aseguró “intensificar” su ofensiva terrestre en la ciudad de Rafah, al sur de la Franja de Gaza, a pesar de las advertencias internacionales sobre el destino de cientos de miles de civiles palestinos que se refugian en el enclave.
Yoav Gallant, ministro de Defensa, anunció que “fuerzas adicionales” ingresarían en la zona de Rafah y prometió que la ofensiva se intensifique.
Gallant también indicó que sus fuerzas ya “maniobran” el área y reveló que “cientos de objetivos ya han sido golpeados“.
Estados Unidos, principal país aliado de Israel, junto con otras potencias, solicitó que se detenga una ofensiva completa contra Hamás en Rafah. El objetivo de la apelación es prevenir un mayor deterioro de la situación humanitaria, así como proteger a los civiles en la zona.
Sin embargo, el primer ministro, Benjamin Netanyahu señaló que dicha ofensiva terrestre es una parte “crítica” de la misión del ejército para destruir a Hamás.
Además, destacó que el asalto es esencial para evitar una repetición del ataque del 7 de octubre, que provocó que el conflicto escalara a la guerra actual.
“La batalla en Rafah es crítica… No es solo el resto de sus batallones, también es como una línea de oxígeno para que escapen y se reabastecen”, aseveró Netanyahu.
Ante las operaciones militares, los residentes de Rafah se trasladaron a la zona costera de Al-Mawasi, la cual se designó como una “zona humanitaria” para proteger a los civiles.