Suiza ganó el domingo el popular concurso de Eurovisión con la canción “The code” de Nemo, en una edición marcada por la controversia alrededor de la participación de Israel, que generó manifestaciones propalestinas en la ciudad sueca de Malmö.

“Espero que esta competición pueda continuar incentivando la paz y la dignidad de cada uno”, dijo Nemo tras convertirse en la primera persona no binaria en hacerse con este concurso.

Con su abrigo rosa y rojo y su vestido rosa satinado, Nemo, de 24 años, obtuvo 591 puntos (365 del jurado y 226 del público) para imponerse al roquero croata Baby Lasagna, segundo con 547 puntos.

“‘The Code’ cuenta el viaje que comenzó al darme cuenta de que no soy ni un hombre ni una mujer”, explicó antes del concurso Nemo, que obtuvo la tercera victoria en este certamen para el país alpino.

Recibida con una mezcla de abucheos y aplausos por el público presente en el recinto Malmö Arena, la cantante israelí Eden Golan quedó quinta con 375 puntos con su tema “Hurricane”, por detrás de Ucrania y Francia.

El certamen, que reivindica su neutralidad política, quedó rodeado de polémica por permitir la participación de Israel a pesar de los múltiples llamados a su exclusión por su ofensiva contra Gaza.

Banderas Palestinas

En las calles de Malmö, que acoge a la mayor comunidad palestina de Suecia, más de 5.000 personas propalestinas protestaron el sábado.

“No estamos en contra de Eurovisión, sino de que Israel participe en Eurovisión. No queremos a su representante en Malmö (…) por lo que está pasando en Gaza”, declaró Ingemar Gustavsson, un jubilado sueco.

La policía de Suecia, que contó con refuerzos llegados de países vecinos para garantizar la seguridad, dispersó en la noche a decenas de manifestantes que ondearon banderas palestinas y corearon “Palestina libre” cerca del recinto donde se celebraba la gala.

En otra controversia, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que organiza el concurso, anunció antes de la final la descalificación del representante neerlandés, Joost Klein, tras una denuncia interpuesta por una integrante del equipo de producción.

La emisora neerlandesa Avrotros indicó que Klein fue descalificado por un “movimiento amenazador hacia una operadora de cámara” después de indicar “en varias ocasiones que no quería ser filmado”.

La UER aseguró que la exclusión no tenía nada que ver con la disconformidad que había expresado hacia la participación de Israel.

La edición de este año, con la que Suecia quería conmemorar los 50 años de la victoria de ABBA y su popular “Waterloo”, quedó rápidamente ensombrecida por la presencia de la israelí Golan, de 20 años.

La UER permitió en marzo su participación pero le exigió modificar la letra de su canción, inicialmente llamada “October rain” y considerada demasiado política por sus aparentes alusiones al ataque del grupo islamista palestino Hamás del 7 de octubre que desencadenó la guerra en Gaza.

“Hay gente que nos odia”

La joven, que el jueves obtuvo su pase a la final, se ha convertido en una celebridad en Israel, participante en este concurso desde 1973.

Su primer ministro, Benjamin Netanyahu, dijo antes de la semifinal que ya “había ganado” por enfrentarse a una “horrible ola de antisemitismo”.

“Eden estuvo alucinante. Pero hay gente que nos odia”, dijo Guy en un bar gay de Tel Aviv que emitía en directo el concurso.

“No recibimos demasiado de los otros países. Es claramente un tema político”, coincidió Tal Shur, que gestiona el bar. “Nadie quiere demostrar que nos apoya”.

Pese a los esfuerzos de la UER, el conflicto se coló en el concurso desde el primer momento. En la actuación inaugural de la primera semifinal el martes, el cantante sueco Eric Saade saltó al escenario con un pañuelo palestino atado alrededor de su muñeca.

En Bélgica, como ya hicieron el jueves, los sindicatos de la cadena de televisión pública flamenca, VRT, interrumpieron la transmisión de la final para condenar las “violaciones de los derechos humanos por parte del Estado de Israel”.

Y dentro del Malmö Arena, aunque un dispositivo de seguridad impidió la entrada de banderas palestinas y mensajes políticos, parte del público abucheó ruidosamente la actuación israelí, la conexión con ese país para anunciar el reparto de puntos de su jurado o el anuncio de los votos recibidos por su representante.

Tras su victoria, Nemo reconoció que la experiencia fue “realmente intensa y no siempre agradable”. “Hubo muchas cosas que no parecían relacionadas con el amor y la unidad y eso me entristeció mucho”.

LDAV