EDAD. Es cada vez más frecuente que quienes cometen el delito de violencia digital son menores, por lo que no reciben el castigo correspondiente.
Foto: Especial | EDAD. Es cada vez más frecuente que quienes cometen el delito de violencia digital son menores, por lo que no reciben el castigo correspondiente.  

A casi cuatro años de haberse aprobado en Quintana Roo la llamada Ley Olimpia, que define y castiga la violencia digital, colectivos de mujeres detectaron un problema o laguna jurídica: el delito está tipificado para mayores de 18 años, cuando esta agresión es cada vez más común en los adolescentes de 12 a 17 años.

Ariadne Song Anguas, presidenta de la Red Feminista Quintanarroense, alertó que ahora, por medio de inteligencia artificial (IA), modifican el cuerpo de una compañera de clases o más bien un cuerpo desnudo y le ponen su cara. 

“En estos casos los directores reciben las quejas, pero sólo sancionan administrativamente con una llamada de atención, junto con los papás y firmar un acta o carta compromiso dentro del marco de convivencia.

“Entonces no procede el delito por agresión digital, sino por pornografía infantil; es decir, se minimizan los casos y no se da parte a la Fiscalía Especializada en Delitos Cometidos por Adolescentes”, señaló.

El 18 de abril, entró en vigor una reforma al Código Penal que estipula que, el uso de IA para crear videos, fotografías y audios con el objetivo de vulnerar la intimidad y ejercer violencia sexual contra las mujeres, es ahora un delito tipificado y se castiga hasta con siete años de cárcel y 500 días de salario; es decir, 124 mil 465 pesos. 

Las sanciones pueden llegar a 10.5 años de prisión y multa de 750 días de salario mínimo; es decir, 186 mil 697.50 pesos, si este nuevo ilícito se comete contra menores o contra personas que por sus condiciones no comprendan el daño que se les causa.

EXISTEN REPORTES

Los colectivos tienen reportes de estudiantes de diversos municipios, pero sobre todo de Cancún, Playa del Carmen y Chetumal; las alumnas que acuden a ellas lloran desesperadas porque no tienen la confianza para contarles a sus padres, luego de verse expuestas en páginas de internet que se comparten entre los jóvenes.

En muchas de estas publicaciones se utiliza material que ellas han compartido o que sus mismos compañeros bajan de sus redes sociales sin consentimiento, por ejemplo, fotografías en trajes de baño y las transforman, lo que invade su intimidad y se comete en crimen de pornografía infantil.

La activista añadió que “los implicados tienen una gran habilidad en la tecnología, que parece cierta la foto, pero los directivos de las escuelas dicen que los alumnos lo hacen para divertirse, no dimensionan la violencia de género, lo normalizan”, comentó.

FALTAN SENTENCIAS

Dio a conocer que hay denuncias, pero no sentencias, “en la Red Feminista Quintanarroense tienen 50 quejas, es un delito muy común, cada mes hay casos y muchas de ellas se ven decepcionadas porque van a la Fiscalía a que inicien la denuncia por violencia digital, pero al ser menores de 18 años, les informan que es pornografía infantil”.

Dijo que “ya son cuatro años en el que hemos hecho conciencia de que sin consentimiento no se puede difundir contenido íntimo sexual”.