La cinta Final Vow revela una situación casi inimaginable, la desaparición de personas en las que se ven envueltos miembros de la Iglesia católica, asegura su director
Foto: Especial Final Vow fue producida también por Rubén Islas dentro de su casa productora Grandave Capital  

En su debut como cineasta, Rubén Islas presenta Final Vow, una exploración al pasado de una monja y su lucha contra la trata de personas, a través de Talitha Kum, una organización católica secreta de religiosas, quienes, escudadas en el anonimato, ayudan a prevenir este delito.

“Sé que de pronto suena muy extraño, incluso es como increíble, pero dentro de la iglesia católica existe algo que se llama Talitha Kum conformada por monjas que trabajan en diferentes orfanatos de todo el mundo y que rescatan y salvan a personas de la trata de mujeres“, contó el también productor en entrevista con 24 HORAS.

El cineasta resalta en su trabajo a la religión, la cual tiene un papel crucial en el desarrollo de estas tristes realidades, así que decidió debutar con una narrativa de estas cualidades.

“El Vaticano sabe de su existencia, pero lo mantiene en secreto y es que, como tristemente sabemos, algunos clérigos han aprovechado el nombre de Dios y su cercanía con las personas para hacer cosas indebidas y aquí es cuando esta organización desconocida sale a ayudar de manera anónima”, continuó.

Pero esta es tan sólo la historia de fondo de Final Vow, pues asegura Islas que tiene una historia que concierne a toda la sociedad.

Ambientada en un orfanato, la película profundiza en las crudas realidades que enfrenta una monja (Christina Urias) que lucha por colocar a niños en cuidados adoptivos mientras se enreda en la oscuridad de su comunidad local.

“La historia central de la película, la soñé, soñé que había una monja que había estado dentro de todo esto y que ahora está de lleno en un orfanato cerca de la frontera y es ahí donde entro ya más el trabajo de escritura.

“A mí siempre me ha gustado reflejar la realidad latina, los mexicanos constantemente tienen una vida muy difícil aquí en Estados Unidos, hay racismo, hay desigualdades económicas, pero sobre todo, hay carencia de derechos y aquí vemos a la hermana Ana María encontrándose con todo esto y dándose cuenta de cuán involucradas están algunas figuras de poder cercanas de su localidad”, relató el cineasta.

EL SECRETISMO, SU PODER

Y para escribir Final Vow, Islas buscó ponerse en contacto con la organización Talitha Kum Dar con ellas no es fácil, asegura, ya que se manejan casi con secretismo, pero gracias a algunos contactos pudo llegar a establecer comunicación.

“Y bueno, son muy discretas, en realidad no me contaron mucho sobre su labor. Simplemente me dijeron que están en todo el mundo, porque ningún rincón del orbe está exento de estas situaciones, pero que no cuentan los casos en los que participan ni nada por el estilo.

“Incluso cuando les conté la idea de la película no se mostraron especialmente atraídas o interesadas en participar más allá de contar el contexto de su trabajo. Y, te das cuenta que lo último que les interesa son ellas o el ego. Ellas van por su causa”, concluyó el entrevistado.

El filme se exhibió con éxito en festivales como el Internacional de Cine de Boston, Newport Beach Film Fest, New England International Film Awards, entre otros, sin embargo, no ha llegado a las salas de cine por falta de una distribuidora.

Sabías que

Final Vow fue producida también por Rubén Islas dentro de su casa productora Grandave Capital, en donde se ha dedicado a contar historias que hablen sobre los latinos en Estados Unidos y el contexto de vivir en la frontera.