Mapa breve de lecturas alrededor de la literatura iberoamericana y latinoamericana.
Foto: iStock. Mapa breve de lecturas alrededor de la literatura iberoamericana y latinoamericana.  

Es probable que resulte extraño decir que la literatura latinoamericana está viviendo uno de los tiempos más prolíficos en contraste con años anteriores, pero una revisión (minuciosa o no tanto) del panorama actual (y mirando algunos años atrás), nos confirma-ría el hecho y veríamos que no estamos tan equivocados al hacer una declaración de tales condiciones.

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Aunque en un principio la siguiente lista buscaba destacar de manera única lo que había sido publicado en 2023, el autor constató que parte importante de las lecturas realizadas eran de años pasados. Por tanto, esta recopilación decidió ampliar sus criterios y así extender el breve catálogo de autoras y títulos que a consideración personal merecen un espacio en este repertorio que, pese a lo que pudiera pensarse, no busca jerarquizar ni priorizar algo sobre lo otro, sino sólo registrar y dinamitar nombres y títulos más allá de las mesas de novedades.

Sin más, esta pequeña biblioteca virtual correspondiente a este 2023 está conformada por los siguientes títulos.

Mapa breve de lecturas alrededor de la literatura iberoamericana y latinoamericana

  • El diario del dolor, de María Luisa Puga, Literatura UNAM

Publicado por primera vez en 2004 bajo la cautela de Alfaguara y más recientemente, en 2021, añadido a la Colección Vindictas de Libros UNAM, la magnum opus de María Luisa Puga es un diario-ensayo que recoge, en cien fragmentos, su experiencia del dolor que atraviesa debido a la artritis reumatoide que le fue diagnosticada. Alejada de la pedagogía del sentimiento del dolor y dispuesta enteramente a narrar su experiencia con el sentimiento, ahonda en la complejización de los procesos cotidianos, las consecuencias del dolor (vulnerabilidad, retraimiento, inhospitalidad), el diálogo que busca mantener a través de la escritura para comprender el proceso, para ponerle nombre. Acaso muestra de su aceptación, encuentro o entrega. A saber. Queda pensar, como ella escribió, que, pese a cualquier cosa: la angustia no apaga la curiosidad.

Yo he vuelto a parirte, con el mismo dolor, para que vivas un poco más, para que no desaparezcas de la memoria, escribe Bonnett en algún punto del libro. Sí: mucho que decir, pero sobre todo mucho que sentir. Un libro conmocionante, que interpela… que, exagerando, incluso destruye, sólo para más tarde recomponer. La escritora colombiana escribe una radiografía del proceso de duelo, consecuencia del suicidio de Daniel, su hijo. Condicionado no sólo por el dolor sino también por el amor, este libro se vale del reconocimiento y de las memorias que Piedad Bonnett tiene de su hijo. Probable intento por dar sentido o por hallar respuestas, o quizás no, sino sólo cuestionamientos individuales para hacerse breves conclusiones atravesadas por las realidades ajenas mezcladas con las propias. Seguir un rastro doloroso y tierno, real.  

Oriunda de La Habana, Cuba, Elaine Vilar Madruga (1989) cuenta, en este libro de título inolvidable, la historia de Casandra, Caleb y Calia, hijxs de un padre tartamudo afiliado al régimen militar de la dictadura y una madre que no termina de ser. De cualidades particulares (la hija mayor se siente atraída romántica y sexualmente por objetos; el hijo mediano tiene el poder de acabar con la vida de cualquier animal que se atreva a acercarse; y la hija pequeña, dibujante espléndida y devota del silencio absoluto), estos hijos sufren al mismo tiempo la dictadura dentro de su propia casa impuesta por su padre, quien a raíz de una relación ríspida con su padre, el Abuelo Bigotes, no logra sino imposibilita y promover la miserabilidad propia para con los otros. Será todo esto el aliciente de un acto de rebeldía para consumar la revolución. El mundo (im)perfecto dentro de la realidad apabullante.  

Como los (mejores) libros: inclasificable. Novela autobiográfica, crónica de conversaciones con la memoria propia, poema en prosa. Todo al mismo tiempo. La también poeta argentina escribe un monstruo de varias cabezas a través de la relación con su madre: quizá ajuste de cuenta, tal vez dibujo de la esperanza, probablemente observación aguda, posible nuevo comienzo a partir de los puros pedazos. En resumidas cuentas: enfrentar al fantasma, sujetarse a la realidad, hacerle daño al corazón. Pura conservación, un ejercicio para conservar la escritura, la posibilidad de escribir (y leer) para no morir 

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  • Quebrada, de Mariana Travacio, Las Afueras

Heredera lejana de Juan Rulfo y el realismo mágico, la escritora rosarina escribe una historia de historias (como lo son la mayoría de las historias), repleta de voces y ecos entre paisajes inolvidables y quebradas. La historia de Luna y Relicario nos suspende en el tiempo para constatar aquello que siempre se olvida: las tradiciones y el arraigo, pero también el amor,  las aspiraciones, la necedad, la necesidad de trasladarse. Como un hilo que permite el movimiento: la muerte como esfera, punto de inflexión. Un libro (un sitio) que incita a la calma, a re-pensar la pérdida y la magia, la memoria. A continuar los pasos. Tal vez convenga hacer como esos perros y dejar ya tanto de mirar. 

Como verdad y sentencia, en algún punto de esta novela, la autora escribe: conocer al otro implica un compromiso y muchas veces adentrarse, aunque sea un poco, en las primeras capas del alma puede resultar aterrador o infinitamente triste. Como reafirmación a lo anterior, la historia de (este libro) Casandra, joven traductora que vuelve al nido de los padres tras la muerte de Mamá, a quien observamos y sentimos errática, dis-funcional, apabullada, atravesada por los recuerdos y el día a día, como si el límite apenas visible estuviera borrándose en todo momento. Repleta de humor, naturalidad y escenarios funestamente bellos, esta novela recorre el amor, la locura, la muerte, el delirio, todo es decir, las cosas buenas que parecen malas y las cosas malas que parecen buenas.

La primera novela de la también autora de Las elegante es (otra) muestra clara de que la escritura y la literatura son compañía y, a decir verdad, lo que nos queda frente a la desesperanza y la oscuridad. Esta vez desde la extraña e irreverente adolescente Abigaíl, quien de buenas a primeras debe acompañar a su padre en su andar por una enfermedad terminal mientras  se da cuenta que la vida no es para nada como le había hecho creer su padre, a quien no reclama, sino que cuida y complementa en su vulnerabilidad. Fiel a la idea de adolescencia que no reprime y arroja sin filtro, vemos con claridad el amor profundo, la duda, la fascinación, el miedo, el cinismo, incluso. Vivir, finalmente, aunque sepamos de antemano el desenlace, pues ya más tarde el tiempo sabrá convertir todo este temor y este espacio de la vida en algo parecido a la alegría. 

¿Cómo hablar de la muerte de alguien a quien se ama? ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad, ese permiso de escritura? ¿Existen los límites para decir esto o aquello de alguien? ¿Tenemos licencia de perdón o permiso por tratarse de nuestro padre? Ideas complejas sin respuesta sencilla. A estas, se suma el duelo que la autora atravesó tras la muerte de su padre, hecho que trajo consigo la herencia de una biblioteca de cientos y cientos de libros. La escritura, de nuevo, haciendo de las suyas para poder respirar. Para no olvidar. Para reconciliarse, o reconciliarnos con el pasado, con la ausencia, con nuestros propios padres. Un libro de libros como pocos, allá donde sea que los haya. 

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Dispositivo literario único creado por Brenda Isabel Pérez, Montserrat Quintanar y Paula Florentina Barba, este libro es el desembarco en una apuesta que dialoga en dirección contraria a los estantes de novedades. Todo en su construcción desafía y sirve de motor para hacer viajar este título que construye, acompaña, valora, acomoda, muestra (técnicas y recetarios) y ensaya por y para las mujeres, desde y por la tierra. Una apuesta completa por colectivizar, desafiar el sistema dominante, preservar, sostener. Crear un mundo nuevo, un nuevo hogar.

En un mundo arrasado por el extractivismo, el consumo desmedido, la falta de agua y luz, donde es más común la oscuridad, las temperaturas extremas, los terribles olores y la falta de comida, se encuentra la Casa de la Hermandad Sagrada, una especie de convento comandado por la Hermana Superior y Él (un dios inicuo), donde para sobrevivir está prohibido negarse y decir no a las imposiciones del culto. Esperanzador y luminoso entre lo tenebroso y distópico, en la historia desalentadora yace la amistad y el amor, la luz. A manera de memoria, leemos esta historia porque la protagonista, rebelde poeta, ha escrito a escondidas esta falsa memoria donde se borran los límites, donde reposa la esperanza por entre el claro delirio y la locura. La escritura resistiendo. La literatura –nuevamente– es lo que queda. 

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