Son patrones y comisionistas.
Ah, y también sindicalistas.
O eso dicen.
Pero los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son todo lo señalado y, en adición, todavía chantajistas.
A los datos:
Los registros hablan de gran cantidad de maestros, decenas de miles en todo el país, supuestamente meritorios, en lista de espera o al final en espera de plaza en la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Pero no tienen ningún derecho.
Pagan, claro, mordidas disfrazadas de comisiones o de derechos para más adelante acceder a una plaza debidamente reconocida y con plenos derechos laborales.
Los líderes de la CNTE en los estados donde tienen control les pagan entre seis y ocho mil pesos mensuales en efectivo y sin recibos, suplen a maestros regulares, van a asambleas, se movilizan cuando les dicen y al final de cuenta son carne de cañón.
Dicho de otra manera: van al frente de las manifestaciones cuando de hacer desmanes se trata o, como el miércoles, invaden las oficinas centrales de la SEP y asumen las consecuencias.
Denuncias penales en el pasado, ahora simples registros en medios informativos sin ninguna trascendencia legal.
APOYO DE LOS VIOLENTOS
Ya dimos su descripción.
Ahora los datos de sustento.
La CNTE tiene ascendencia en estados concretos: la indomable Sección 22 en Oaxaca, la 18 en Michoacán, la 6 en Chiapas y la 14 en Guerrero bajo las siglas CETEG…
Y así.
No importa quiénes sean sus líderes.
La actuación es la misma.
Tomemos como ejemplo la Sección 22 de la CNTE, ahora a cargo de Yenni Pérez:
Oficialmente la titularidad del contrato corresponde al dirigente nacional Alfonso Cepeda, pero han recibido autonomía por decisión de López Obrador.
También oficialmente la 22 aglutina a unos 74 mil maestros, pero el número real ronda los 80 mil, seis mil más.
¿Quiénes son?
Elementos contratados para las tareas descritas arriba pero sin derechos contractuales, sin nómina, sin pagos regulares y por supuesto sin ningún registro
Para no dar muchas vueltas: en los estados centistas el número de maestros irregulares puede andar sobre el 10 por ciento de los basificados…
No es posible dar su cifra exacta porque no tienen registro y la manipulación es solamente en las secciones rebeldes, pero en el país hay 1.6 millones de docentes basificados.
Ellos dan argumento a las recurrentes marchas, violencia de por medio, y son ellos quienes más reclaman, la carne de cañón del magisterio violento.
ELECCIONES CON MAL JUEZ
Ha vivido a base de golpes.
En 2019 Janine Otálora fue obligada a renunciar como presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Temporalmente fue designado en su lugar el magistrado Felipe Fuentes, pero no pudo conciliar a pesar del respaldo de José Luis Vargas y Mónica Soto.
A continuación Vargas sustituyó a Otálora y a él y también fue destituido.
Hubo crisis y de ella emergió Reyes Rodríguez Mondragón como elemento de conciliación.
También falló, como exhibieron en su informe tres de sus cuatro compañeros –Mónica Soto, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes (sólo asistió Janine Otálora) y ya no aguanta la presión.
Se irá para satisfacción de López Obrador.
Y si no pueden gobernarse solos, ¿esos son los magistrados encargados de calificar las elecciones del año próximo a lo largo y ancho del país?
Horrible presagio cuando hay la tentación de prolongar el mandato.
@urenajose1