Un segmento de las izquierdas se lamenta de la derrota sufrida por el neoperonismo en Argentina sin advertir la enorme oportunidad generada por la caída del oficialismo en aquella nación.

Hay una ventana analítica: reconocer elementos centrales de la realidad detrás de la decisión popular argentina y una didáctica, atestiguar las lecciones adyacentes al resultado electoral.

¿Es el pueblo tonto y no sabe lo inconveniente de la ultraderecha asociada con las colindancias de las dictaduras sufridas por países sudamericanos y centroamericanos en los últimos 50 años? ¿No estaba harta la población de errores estratégicos o deterioro de la eficiencia en el ejercicio del poder para servicio y utilidad pública así como de la decadencia de algunas de sus figuras prototípicas?

Un elemento central es el conjunto de condiciones de vida y de percepción acerca de la calidad de ejercicio del poder. Más allá de la gestión de crisis, de las agencias de comunicación, de los aliados cupulares, incluidos aquellos directivos de los medios de comunicación tentados a omitir visibilización de los problemas sociales y su extensión suburbana y rural está la realidad de la vivencia cotidiana de la población

Solamente en 1987, México estuvo en una situación de inflación semejante a la experimentada ahora por Argentina después de casi 15 años de gobiernos erráticos en las respuestas específicas dadas a su ciudadanía explicablemente molesta por la corrupción así como por la ineficiencia registrada y percibida por la mayoría de la población.

En aquel año la inflación mexicana se ubicaba en alrededor de 157 por ciento por año apenas diez punto porcentuales arriba de la padecida ahora por millones de argentinas hartos de la mediocridad de sus gobiernos, las corruptelas atribuidas a sus gobernantes y los arreglos de una politiquería, diría el presidente Andrés Manuel López Obrador, ajena a la entrega de resultados.

El mejor antídoto para el avance de la ultraderecha en cualquier Estado nacional es el buen funcionamiento convergente de instituciones gestoras a cargo de políticas sociales capaces de disminuir los impactos más serios de la desigualdad.

Si la población advierte oportunidades —seguridad social, prevalencia de la seguridad pública, sistemas de salud y educativos apropiados— nunca decidirá polarmente. Es precisamente la corrupción, la ausencia de disciplina fiscal y en general macroeconómica y la carencia de respuestas a los problemas cotidianos la generadora de opciones para la polarización de ultraderecha.

El ejemplo histórico europeo es la Alemania nazi lo cual nos permite reconocer a la existencia de un pueblo ofendido y lastimado como una de las variables céntrales en las decisiones productoras de votaciones altas para la ultraderecha.

En México existe respuesta a la expectativa popular, datos y resultados frente a los cuales el riesgo de resultados electorales semejantes sencillamente se desvanece.

    @guerrerochipres