¿Qué tan inepto se es como líder sindical para no lograr un acuerdo con las empresas en 192 meses? ¿Qué tan poca ética se tiene para que te valga que tus agremiados y sus familias no cobren su salario durante más de 5 mil 800 días? Pues preguntémosle al vividor de Napillo.

Las respuestas reales a estas preguntas las tenemos quienes decidimos separarnos de ese estafador ante tanto abuso y desfalco. Napoleón Gómez Urrutia ha utilizado al Sindicato Minero como una máquina de hacer dinero.

¿Por qué Napillo miente y asegura que hay tres minas en huelga? Porque por años ha utilizado ese tema para hacerse pasar como defensor de los trabajadores, ya que ante la falta de un verdadero trabajo sindical, lo único que le queda es lucrar con el sufrimiento y la necesidad ajena.

Porque también en estos 16 años ha utilizado de la manera más vil a los compañeros para presionar al Gobierno en turno y evitar pisar la cárcel por adueñarse de mil millones de pesos propiedad de los mineros de Cananea.

¿Qué tan lucrativo es fingir que existen tres huelgas? Por años Napoleón Gómez Urrutia ha dicho que las minas de Cananea, Sombrerete y Taxco están en huelga, que son miles los afectados y que curiosamente, está preocupado y afligido por ellos; bajo ese pretexto se ha dedicado a descontar días de salario a los demás mineros para supuestamente apoyar a los huelguistas, millones que nunca llegan a su destino.

Las huelgas no existen. Cananea exporta al día 188 mil toneladas de cobre, oro, plata y zinc, y Sombrerete produce 250 mil toneladas de mineral al año. La mina de Taxco cerró porque se agotó el mineral. Esas huelgas sólo existen en su imaginario porque así le conviene.

Las huelgas las estalló Napillo desde Canadá para forzar al Gobierno a retirarle las órdenes de aprehensión por el robo de los mil millones de pesos antes mencionados. No fue una cuestión de seguridad ni de lucha obrera, fue el abuso de poder y vileza de un delincuente.

Napillo alargó por años el hambre y la carencia de las familias mineras, mientras que él y su familia vivían de las cuotas sindicales entre el lujo y la impunidad en Canadá.

Durante meses se negoció el levantamiento de las huelgas, yo fui interlocutor entre los empresarios y el sindicato, a mí nadie me cuenta. No se levantaron por capricho de Gómez Urrutia, ya que nunca solicitó la imputabilidad de las huelgas, aún así la empresa dijo que sí a todas las peticiones, aceptaron el pago de salarios caídos y prestaciones.

Al ver que la empresa cedía en todo, el ruin de Napillo pisoteó la necesidad de cientos de familias mineras y para cerrar el trato, exigió para él 100 millones de dólares por daño moral, además que se le retiraran las órdenes de aprehensión, condición que la empresa se negó a cumplir y que simplemente el Gobierno no cedió ante el delincuente. Al tiempo, los mineros no aguantaron más sin cobrar y regresaron por voluntad propia a trabajar a las minas.

Él sostiene que los empresarios nunca han querido negociar con el sindicato, más bien no han querido volverle a entregar dinero. ¿Qué ya no se acuerda cuando de los empresarios recibió los mil millones de pesos que le quitó a sus sindicalizados y con los que huyó del país?

Napito vuelve a lanzar una campaña para quitarles más recursos a los mineros para los supuestos huelguistas, ¿por qué pedirles dinero, qué acaso no le alcanzan los mil millones de pesos para pagar salarios y despensas mensuales a los pocos que le siguen el juego?

No hay que buscarle más, lo que se está viendo es el abuso constante de un estafador que se hace pasar por minero y que lleva 16 años estirando la mano para saquear las arcas del sindicato y los bolsillos de los mineros.

 

    @CarlosPavonC