En la sede de la Cruz Roja en Polanco, en la CDMX, voluntarios trabajan por turnos para llevar la ayuda a Acapulco, donde la cadena de suministros se rompió tras el paso del huracán Otis.
Cerca de 300 voluntarios se organizan en turnos de 80 personas para ayudar en la elaboración de cuatro despensas: una para alimentación y cuidado de bebés, otra para higiene, una para limpieza y una más para alimentación, explicó Fátima León, coordinadora nacional de la juventud de la Cruz Roja Mexicana.
“Actualmente todo lo estamos transportando vía terrestre. Hay organizaciones que nos están facilitando tráileres para hacer llegar la ayuda. Llegan los camiones al punto en Guerrero y de ahí los especialistas del equipo Usar y los técnicos en atención médica, el equipo de socorrismo, entregan las despensas con una evaluación previa de la comunidad”, detalló Fátima.
Por su parte, Eduardo, uno de los voluntarios, señaló que en la sede “la población dona y se clasifican los víveres por alimentación, higiene o bebés. Pasa a una zona de revisión para ver que esté en buena calidad, que no esté caduco, que no esté roto y de ahí se va clasificando. Posteriormente pasa al armado de caja donde se colocan los productos para una familia”, detalló por su parte Eduardo, uno de los voluntarios.
“La gente llega a carro o a pie, entrega la ayuda. De ahí la pasamos a revisión, se acomoda en una despensa para una familia de cuatro personas. Cuando ya está la despensa pasa a una parte como bodega y conforme van llegando los tráileres se llenan y se mandan”, explica.