Foto: Luis Valdés. pese a la intensa lluvia que bañó la mitad de la marcha, y la violencia sin sentido de algunos, la consigna se mantuvo "Fue el Ejército".  

Hoy, como hace 55 años, los estudiantes tomaron las principales calles de la Ciudad de México para exigirle al Gobierno libertad, justicia, democracia y liberar a los presos políticos pero, a diferencia de ese fatídico 2 de octubre en la Plaza de las 3 Culturas no “llovieron” balas pero si muchas consignas.

Y fueron demasiadas y variadas pero las más potentes relacionadas con el 9 aniversario de la desaparición forzada de los 43 Normalistas de Ayotiznapa, ocurrida la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

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Entre los tantos carteles, panfletos y mantas se asomo una imagen curiosa “que se haga presente la digna rabia” y eso es lo que hubo entre muchos, digna rabia ante -para ellos- la falta de respuesta del Estado para esclarecer el caso, uno de los más icónicos de la historia de la desaparición forzada en el país.

Pese a ello, en la movilización que partió de la Plaza de las 3 Culturas de Tlatelolco al Zócalo, la tónica fue de alegría y juventud desbordada, pues en su mayoría, los protagonistas fueron jóvenes estudiantes de normales y universidades públicas como la UNAM, IPN o la UAM.

Pero la vanguardia estaba conformada por los “históricos” adultos mayores que en su juventud protestaron en contra de un gobierno que más allá de abrirse al diálogo y la reflexión prefirió ls represión antes de dar una “mala imagen” en el extranjero a meses de recibir los Juegos Olímpicos.

Ahora, los protagonistas de esas movilizaciones unieron sus voces a las de lss generaciones actuales, algunas provenientes de la provincia y que reclaman que la Federación, encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) destine más recursos para su formación normalista o de las ciudades, en esas que las luchas encabezadas por las diversidad sexual tienen un poco más de atención por los medios.

Esto, porque junto a los discursos con ecos revolucionarios y pinceladas de Mao, Victor Jara y Genero Vázquez Rojas se hizo presente un reclamo de espacios para las identidades sexo genéricas y de visibilización de les alumnes y maestres.

Y en cada silencio se escuchaban los gritos de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” “¡Lucha, lucha, lucha por una educación socialista, obrera y popular!” O “ni la lluvia, ni el viento podrán parar el movimiento” una voz hermano a todos “¡Fue el Ejército!”.

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Pues así como hace más de 5 décadas los sobrevivientes al ataque en Tlalelolco denunciaron el actuar represor del Ejército -al cuál justificó hoy el Presidente, y culpó al Estado Mayor Presidencial de esa matanza, como si ese fuera una entidad supera constitucional, más allá de la Defensa- no solo por la noche del 2 de octubre, sino por otros casos paradigmáticos en el país y que han tenido un común denominador, hombres uniformados en verde olivo.

Y pese a la intensa lluvia que bañó la mitad de la marcha, y la violencia sin sentido de algunos, la consigna se mantuvo “Fue el Ejército”: tanto hace 9 años, como hace 20, hace 30 o una noche de hace, exactamente, 55 años.