Un grupo de diez militares involucrados en amenazas con armas de fuego a civiles en el norte de Colombia fue suspendido de sus funciones, informó el Ejército.
“He tomado la decisión de retirarles la confianza y responsabilidad de portar las armas”, anunció el general Luis Mauricio Ospina, comandante del Ejército, en conferencia de prensa.
Según Ospina, en el grupo sancionado hay “mandos” que no podrán ejercer “ningún tipo de misiones de liderazgo operacional ni de inteligencia militar”.
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Los uniformados serán investigados por la justicia militar y también por la Fiscalía, anunció el general, sin precisar hasta cuándo estarán separados de sus funciones.
A inicios de semana, circuló en redes sociales y medios un video que muestra a un grupo de uniformados con el rostro cubierto apuntando sus fusiles contra niños, mujeres y otros pobladores de una zona rural, en un incidente que el gobierno calificó el miércoles como de “suma gravedad”.
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El hecho ocurrió en El Manso, un caserío del municipio de Tierralta, en el departamento de Córdoba (norte).
El general Ospina reconoció que se trata de militares que “se alejaron de la política institucional, los postulados del Ejército Nacional, las leyes, la doctrina, las normas y el marco constitucional”.
LEO