Maren (Taylor Russell) y Lee (Timothée Chalamet). Foto: MGM

En la septuagésima segunda edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, el cineasta Luca Guadagnino (Palermo, Italia, 1971) presentó Hasta los huesos (Bones and All, 2022). Sin embargo, fue hasta este mes de agosto que la cinta llegó a Amazon Prime Video, y, como consecuencia, utilizaré este espacio para hacer algunos apuntes al respecto.

El cineasta italiano vuelve a reparar en todo ese espectro que evoca la adolescencia para hacer un ejercicio de exploración como ha hecho anteriormente con Call Me by Your Name (2017) e incluso con We Are Who We Are (2020), sólo que en esta ocasión entreteje el drama, el romance y el horror para desdibujar sus inquietudes. Bajo ese halo. narra la historia de Maren, una joven de dieciocho años que ¿sufre, padece? una condición inquietante: el hambre instintiva de comer carne humana.

Tras un impulso caníbal, ella y su padre se ven obligados a huir. Sin embargo, esto detonará el abandono de su padre, quien la deja a su suerte con un sobre con algo de dinero, su acta de nacimiento y una cinta en la que intenta desentrañar para ella todo lo que les ha traído hasta aquí. Decepcionada, decide ir en busca de su madre, de quien desconoce todo menos su nombre y el lugar donde posiblemente viva. Será en este viaje que se encuentre con su primer mentor, Sully, y posteriormente con Lee, quien será su compañía inquieta en su devenir.

Te puede interesar: Anastasia y su lujoso vestuario

Crecer es esto

Sí: crecer es esto, parece decir el italiano. Toparse con un camino desconocido, rodeado de peligros, con nuestras particularidades a cuestas. Luego, la realidad, , descubriéndonos y haciéndonos parte de su inmensidad. Y así transitamos o intentamos hacerlo, hacia el descubrimiento y la aceptación, buscando a otros como nosotros para no sentirnos tan solos.

Entre silencio y soledad que se acompañan en esa búsqueda. Vemos a Maren y Lee asirse a sus silencios que no les resultan incómodos, abrazados a la soledad que los orilla a estar juntos en ese instante, entregados al impulso del presente, como si el futuro no existiera o no fuera una posibilidad viable. Ante todo, lo que importa es el ahora y vale recordarlo.

Todo aquí es normal, sin importar que la cinta tome elementos del gore y el horror para mostrarlo. Los problemas no son extraordinarios – sí, acaso, la analogía estridente. Frente a eso, ronda una pregunta en todos los cuestionamientos, los miedos y esas pulsiones de juventud de los protagonistas: ¿cómo ser o parecer normal?, ¿es esto un entramado social para tratar de encajar, no ser olvidados y ser aceptados?

Ante todo, parece ser que la vida arroja opciones, aunque inevitables. Digamos pruebas, tropiezos. Son obstáculos que imposibilitan momentáneamente el desarrollo. Como si no tuviera sentido avanzar, pensar en el futuro. Todo está pronto a eclipsarse en cualquier instante: sea por el acecho de fantasmas del pasado, el sistema, la falta de deseos o la locura. Siempre hay algo que derrumba.

Podría pensarse que el andar de Maren y Lee es agónico –y quizá lo sea–, pero es ese fuego el que le permite continuar. Como deseo que busca cumplirse a como dé lugar. Puro impulso instintivo de un tiempo que obliga a no dejar nada para luego. Es decir, no hay que temer a configurar amarga o dulcemente todos los delirios. Hay que ser gente aunque sea sólo por un tiempo.

Los sonidos y el reparto

Para esta cinta el director italiano eligió a Trent Reznor y a Atticus Ross como creadores de la banda sonora, que en esta ocasión estuvo conformada por 45 canciones: las compuestas por los artistas antes mencionados y aquellas que también forman parte clave como “Atmosphere” de Joy Division, “Save a Prayer” de Duran Duran, “Lick It Up” de Kiss que surgen en momentos clave y dan un toque especial en escenas que no dejan indiferente. Para gusto de los nostálgicos, encontrarán muchos sonidos ochenteros, pues una de esas épocas inconfundibles en la obra del director. 

Asimismo, volvemos a ver a un Timothée Chalamet que, aunque no es protagonista como en Call Me by Your Name (2017), sí tiene un peso importante acompañando a la protagonista canadiense Taylor Russell (Waves). Y es que no sorprende que Guadagnino haya elegido esta dupla para protagonizar esta historia: la química es innegable, no se siente fricción ni un ambiente forzado en ningún momento. Aunado a este par, acompañan actores como Mark Rylance (Don’t Look Up) y Michael Stuhlbarg (Your Honor) y grandes actrices como Chloë Sevigny (Gummo) y Jessica Harper (Suspiria).

Entre una historia que busca (des)componer un rumbo y eclipsar ciertos encuentros con la cotidianeidad, sonidos inmejorables traídos por las leyendas Trent Reznor y Atticus Ross –quienes tienen un Oscar por mejor banda sonora por The Social Network–, y una lista de actrices y actores consagrados junto a otros que están haciéndose una carrera en la industria, el director italiano busca alcanzar nuevos horizontes y expandir sus espectadores apostando por algo nuevo, aunque ello implique entrometerse hasta los huesos.