Luis Rubiales
Foto: Especial Además de agregar que lo realizado por Rubiales fue inapropiado, se negó a establecer un punto de vista más amplio  

Suspendido desde hace un par de días por la FIFA, ahora fue la Unión Europea de Futbol Asociación, la que condenó el actuar de Luis Rubiales, por el hecho de haber ensombrecido las celebraciones del futbol español, tras la conquista del campeonato mundial femenino.

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA aseguró que no hay objeto en suspenderlo de sus actividades dentro del organismo europeo, luego de que ya existe una sanción e investigación a cargo del órgano disciplinario de la FIFA. “Solo tengo que decir que me entristece que un hecho así afecte la victoria de la selección española. Hoy me reuní con Laura McAllister, vicepresidenta de la UEFA, para encontrar formas de cambiar nuestra manera de comportarnos”.

Además de agregar que lo realizado por Rubiales fue inapropiado, se negó a establecer un punto de vista más amplio, por ser vicepresidente de la FIFA y que ello pudiese entorpecer las investigaciones actuales, para evitar también imponer una suspensión por parte del organismo europeo, que califica como innecesaria.

En España ya se ha convocado a una nueva movilización para ese 1 de septiembre, bajo el lema ‘Libres y Combativas’ e impulsado por el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria, a realizarse en las principales ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

Entre las posturas dentro del futbol femenino, ahora fue Suecia la que alzó la voz, a través de la líder del partido de izquierda socialista, Nooshi Dadgostar, quien solicitó que sea el cuadro sueco el que se niegue a jugar el próximo 22 de septiembre ante España, durante el inicio de la Nations League femenina, si es que para ese entonces aún se mantiene Luis Rubiales al frente de la RFEF, para reiterar su apoyo a Jennifer Hermoso.

Para el entorno del aún directivo español, la huelga de hambre que comenzó a principios de semana, Ángeles Béjar, madre de Rubiales, fue trasladada a un hospital tras presentar una crisis luego de tres días de encierro voluntario.