La cartera vencida de tarjetas de crédito creció a 40.2% a cifras reales en tasa anual durante junio
Foto: BBVA En los deciles más bajos es donde ha crecido el impago, destacó un análisis del BBVA  

La cartera vencida de tarjetas de crédito creció a 40.2% a cifras reales en tasa anual durante junio, señaló Gerónimo Ugarte, economista principal de BBVA México.

“El segmento que más aporta a este incremento son las tarjetas de crédito que efectivamente han contribuido a la morosidad ajustada al crédito al consumo… mientras la cartera total en tarjetas de crédito creció 17.4% en junio, la cartera vencida alcanzó niveles de hasta 40.2%”.

Explicó que hubo cambios en cómo se mide la morosidad ya que hasta 2022 tenían que sumar 60 días de impago y ahora se extendió hasta 90 días, lo que cambió los índices.

Detalló que pueden estar influyendo que ahora hay mayores tasas de interés que en 2022 e incluso dijo que se está notando que la morosidad incrementó mayormente en los deciles más bajos (donde están las personas con menores ingresos).

Al presentar el informe Situación de la Banca, descartó que por el momento exista un escenario de riesgo a pesar de la alza en la cartera vencida.

En tanto Carlos Serrano, economista en jefe del banco español, apuntó que la solvencia del sector en estos momentos puede absorber escenarios como los que ya se vivieron en la crisis de 1994, “y aún así (la banca) seguiríamos solventes”.

Explicó que el crédito al consumo que incluye portafolios de tarjetas de crédito, préstamos personales, de nómina, entre otros, tuvo un incremento real anual de 12.6%.

“Las personas de menos recursos están utilizando más las tarjetas de crédito, pero la banca tiene la posibilidad de realizar saneamientos para hacer frente a temas relacionados con la morosidad”, apuntó el economista.

Por su parte Iván Martínez Urquijo, reconoció que las altas tasas de interés pueden derivar en un efecto de reducción de las líneas de crédito como lo refieren estudios de la propia Reserva Federal estadounidense.
“Cuando hay escenarios de estrés como lo pudimos ver en 2019 en el tema de la pandemia, lo que ocurre es que hay un comportamiento diferenciado mientras que las tasas que son sensibles a crédito tienden a subir como lo vimos en estos episodios, pero hay tasas que son libres de riesgo sobre todo en países donde se puede incentivar que crezca el crédito”.
Los analistas abundaron que el crédito se ha reducido, a pesar de que hay un mayor número de plásticos en circulación. En 2018 el promedio de crédito a clientes no totaleros era de 63 mil 733 pesos, para 2020 se redujo a 61 mil pesos, en 2022 a 53 mil 653 y en abril de este año la cifra promedia en 50 mil pesos de límite.

El informe de BBVA registró que la banca mantiene niveles holgados de solvencia y liquidez en un panorama donde se ha reducido la expectativa de una recesión económica, lo que ha favorecido el consumo de bienes y servicios.

Para el mes de junio de 2023, el saldo promedio de crédito otorgado por la banca comercial a los hogares fue de 8.5% mayor en términos reales (excluyendo la inflación) a lo observado en febrero de 2020.+

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“Se pueden distinguir dos principales tendencias en la intermediación bancaria. Primero, un crecimiento sólido y sostenido del crédito al consumo, el cual ha permitido que el saldo otorgado ya supere los niveles prepandemia. Segundo, una continua recomposición de las fuentes internas de financiamiento hacia instrumentos de mayor rentabilidad, ante la posibilidad de que las tasas de interés permanezcan en niveles elevados por mayor tiempo al anticipado”, de acuerdo a los economistas.

El banco detalló que en estos momentos el flujo de financiamiento, el sector público se consolida como el principal usuario con más del 50% del flujo total, mientras que el sector privado ha mostrado una recuperación de la mano de los hogares.

BBVA destacó que el componente más débil continúa siendo el financiamiento a empresas, cuyo flujo anual en términos del PIB durante el primer trimestre del año estuvo 0.5% por debajo del promedio registrado entre 2010 y 2018, financiamiento que es más sensible a las altas de tasas de interés.