Marcelo Ebrard dio el primer paso para justificar su eventual salida de Morena o por lo menos para desconocer el resultado de la encuesta con la que supuestamente se elegirá al candidato guinda, si ésta no le favorece.

Esta vez, el excanciller no se anduvo por las ramas.

Con nombre y apellido, Ebrard acusó que Claudia Sheinbaum utiliza los recursos humanos y financieros de la Secretaría del Bienestar para su promoción por todo el país.

Ebrard aseguró que en las encuestas creíbles, “las que no han sido pagadas’’, él encabeza las preferencias por eso la cargada a favor de Sheinbaum por todo el país.

“Nosotros no pagamos encuestas y esa es la realidad’’, dijo.

“Nunca habíamos visto tanto acarreo, tanto pago de encuestas y tanta campaña negra.

“Lo que estamos viendo ahora es el uso de la Secretaría del Bienestar, el uso de las brigadas para decir que el presidente López Obrador quiere a Claudia Sheinbaum’’, remató.

Las declaraciones de Ebrard suceden justo el día previo para la rifa o selección de las encuestadoras que se encargarán de hacer el sondeo que definirá al candidato presidencial.

El exjefe de Gobierno de la CDMX no dio ese paso al vacío sin tener una red de protección.

Nadie se había atrevido a cuestionar los deseos del inquilino de Palacio Nacional ni a atacar a la que se veía como su consentida, porque debía atenerse a las consecuencias.

¿Qué carta tiene bajo la manga Ebrard que se permitió alzar la voz para poner en tela de juicio y acusar una simulación en todo el proceso de la selección de la candidatura presidencial morenista?

El valor de esa carta se podrá medir hoy cuando López Obrador tenga que referirse a esas declaraciones, a menos que le de otro súbito ataque de sordera selectiva.

Pero, incluso si López Obrador evade el tema, se podría interpretar como una señal de que el gran dedo elector tiene dudas sobre quién deberá ser el elegido.

Como sea, la matutina denuncia de Ebrard causó un terremoto en Morena.

No solo se encargó de exhibir los apoyos a Sheinbaum sino también el favoritismo o la incapacidad suprema de Mario Delgado para conducir un proceso de acuerdo con las reglas que los seis precandidatos aceptaron, a pesar de los llamados de piso parejo que hicieron el propio Ebrard y Ricardo Monreal.

Como dice Julio César Chávez, ¡hay tiro!

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Sheinbaum negó, desde luego, los dichos de Ebrard y dijo que la competencia es entre 6 y no entre 2 como aseguró el excanciller.

Aseguró que ella no iba a hablar mal “de ninguno de sus compañeros’’ y que todos son necesarios en la estrategia de la 4T.

Pero, seguramente no será todo.

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La última línea de la columna de ayer decía “a ver si no sale con su ahí están sus masacres je je’’.

Y no, no dijo eso, de hecho no dijo nada porque se hizo el sordo y emprendió, con un chiste, “la graciosa huida’’.

Nos referíamos a lo que tendría que decir el presidente López Obrador acerca de la desaparición y ejecución de cinco jóvenes en Lagos de Moreno, Jalisco, y a los cuerpos mutilados y congelados encontrados en Veracruz.

No hubo ninguna referencia al tema porque el Presidente simplemente no quiso hablar de ello.

Era su obligación referirse al tema, pero seguro que pensó “ya chole’’ y mejor prefirió poner una canción de las que le gustan.

Usted tendrá la mejor opinión.