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Héctor Zagal

(Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana)

¿Ustedes son team gatos o team perros? Pues, aunque sorprenda un poco, resulta que los gatos son más populares que los perros a nivel mundial. Esto según un estudio de Budget Direct, una aseguradora australiana que ofrece, entre otras cosas, seguros para mascotas.

En 2021, la empresa se encargó de preguntar país por país qué mascota preferían. En 91 países, el ganador fue el gato, mientras que en otros 76, el perro se llevó la victoria.

Analizando las cifras, me doy cuenta de que es completamente normal que me haya sorprendido el resultado. México y la mayor parte del continente americano son lugares donde los perros tienen una popularidad mayor en comparación a Europa o Asia. De hecho, sólo algunos países como Canadá, Argentina o Venezuela son excepciones que prefieren a los felinos.

Los gatos merecen su felicitación no sólo por este logro, sino también porque hoy se celebra su Día Mundial.

Aparentemente, los gatos comenzaron a poblar la Tierra hace 12 millones de años, pero no fue sino a partir del 2000 a. C. que empezaron a domesticarlos. Este proceso se remonta al Antiguo Egipto, cuando uno de los grandes problemas para los agricultores eran las ratas que hurgaban los almacenes de cereales. Los gatos merodeaban en los graneros, donde abundaban los roedores, así que poco a poco, el hombre y los gatos
fueron haciéndose amigos. Seguramente, algún egipcio comenzó a premiar con alimento a los gatos que ahuyentaban a las ratas y así se domesticó a este felino. Fueron los fenicios quienes los llevaron a Italia y después a toda Europa.

En Mesoamérica no existían los gatos domésticos de la actualidad. No obstante, esto no significa que no hubiera felinos en la región. El jaguar, por ejemplo, era el más sagrado de estos, con su figura c se representaba a Tepeyóllotl, una de las manifestaciones del dios Tezcatlipoca.

Los gatos domésticos llegaron a la Nueva España en las embarcaciones que provenían de Europa. Era común que los barcos tuviesen gatos para controlar las ratas y ratones que podían devorar los alimentos para el viaje. A partir de su llegada, se acoplaron también a la cultura del nuestro continente.

¿Han escuchado la frase “Un ojo al gato y el otro al garabato”? Ésta surgió en las cocinas durante los tiempos en los que no había refrigeradores. Para que la carne se conservara fresca, se colgaba en un garabato (un gancho); además, se quitaba del alcance de las ratas . Sin embargo, el gato, audaz e intrépido, solía dar grandes brincos para alcanzar la carne y sacarla del garabato. Por eso la gente de las cocinas terminó por advertir que había que estar pendiente a ellos mediante esta célebre frase.

La utilidad del gato le ha dado un papel relevante en la gastronomía, debido a que ha sido el encargado de lidiar con los roedores en las cocinas y despensas y, en general, en toda casa. Esto lo podemos ver plasmado de diversas formas en la cultura. Piensen siquiera en las representaciones caricaturescas más célebres de este felino: el gato Tom, que persigue al ratón Jerry, o Silvestre, que siempre está detrás de Piolín o de Speedy
González.

Me imagino que, por lo mismo, no hay ningún gato en el restaurante donde trabaja Remy, el ratón chef de Ratatouille. Claro, no creo que hubiera sido tan buena película si a un gato se lo hubiera comido a la mitad de la historia.

Sapere aude!

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana