Foto: Captura de Video | Inspirada en un encuentro en 2022 con la cantante uruguaya Liliana Herrero le dio una lección de vida a Silvia Pérez y a partir de eso fue que surgió el título de Toda la vida, un día  

Aunque la alerta sanitaria por COVID-19 fue levantada hace algunas semanas, esta pandemia provocó muchas pérdidas. Estas fueron clave en la vida de las personas y derivaron en el punto máximo de creatividad de algunos artistas, una de ellas fue Silvia Pérez Cruz quien decidió plasmarlo en Toda la vida, un día.

En su primer álbum bajo el sello Sony Music, la originaria de Girona usó como recurso la soledad para poder presentar un concepto dividido en cinco movimiento, o etapas, pero también aprovechó los encuentros post confinamiento para usar diversos recursos.

“Empecé a componerlo en el confinamiento y es una manera de expresarme siempre de manera regular. En ese momento había una soledad especial y empecé a componer de una manera familiar. Esto inicio como regalos de cumpleaños a mis amigos que no podía ver y de ese momento nace el primer movimiento del disco”, declaró la cantante en entrevista con 24 HORAS.

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Inspirada en un encuentro en 2022 con la cantante uruguaya Liliana Herrero le dio una lección de vida a Silvia Pérez y a partir de eso fue que surgió el título de Toda la vida, un día. 

“Cuando estuve en Uruguay conocí a Liliana Herrero, una cantante de 75 años. Esa persona me ubicó y me dio mucha consciencia de la vida y la muerte. Le compuse la canción que le da el título y lo seleccioné como el concepto. Era una vida y ya venía pensando en ordenarlo en movimiento como en la música clásica”, compartió..

Cada movimiento es una etapa de vida y Silvia Pérez Cruz compartió que todo el camino que recorremos es un ciclo y que todo principio tiene origen de un fin.

“El primer movimiento sería la infancia, de esa música amable y confortable. El segundo movimiento es la adolescencia que es el salir de casa, seguir buscando lo que te representa y a nivel musical salen sintetizadores y autotune ya que es un sonido menos confortable.

“El tercer movimiento es la madurez que titulé Mi jardín porque tiene que ver de despojarse del espectáculo sin necesidad de cosas espectaculares y es por ello que hay dúos en esta etapa.

“Viene El Peso que es la vejez que es lo más clásico y empieza con una samba pero es muy clásico. En este movimiento es celebrar la lentitud y el peso. Hasta terminar con pura voz. Termino con el renacimiento porque todo es circular y en este busco entender que todos los principios nacen de un final”, explicó sobre su LP.

“Aterrados buscan una flor familiar donde guarecerse y les asusta la inmensidad del campo”- William Carlos Williams

Con este poema, Silvia Pérez Cruz inicia cada uno de los tres primeros movimientos de Toda la vida, un día. Y es que la incertidumbre por el confinamiento no pudo tener mejor descripción de acuerdo a la cantante.

“Recuerdo mucho ser consciente de donde había elegido donde vivir y a quien tenía cerca. Poder disfrutar a mi hija y eso lo viví como mi regalo.

“Viví mal las pérdidas, en mi vida hubo algunas importantes. Yo vivo en la montaña y cuando estaba confinada tuve miedo y por eso usé el poema de William Carlos Williams. La inmensidad te abruma pero si la vas ordenando flor a flor puedes digerirla”, reflexionó.

Encuentros

Silvia Pérez Cruz tuvo diversos encuentros, uno de ellos fue con la cantante mexicana Natalia Lafourcade con quien grabó el tema “Mi última canción triste” que surgió durante una visita a Coatepec, Veracruz.

“Nos conocimos en un concierto hace cinco años y no conseguíamos grabar juntas. Llegamos a Coatepec en víspera de Día de Muertos a ver cafetales y me impresionó la nobleza de las personas, es una humildad tan bella.

Natalia nos recibió en su casa e hicimos un altar. Empezamos a ensayar y leer. Después de estar ensayando grabamos en su casa cara a cara ya que el objetivo era ese; grabarlo cara a cara”, recordó Silvia Pérez Cruz.

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Para finalizar, Pérez menciona que este material lo grabó en países como Argentina, Cuba y México. Además de que en este participaron 90 músicos y personas desde los 4 meses de edad hasta mayores de 74 años.

“Los encuentros son regalos”, concluyó.

LDAV