En los últimos años, la polarización política en los Estados Unidos ha alcanzado niveles sin precedentes. La elección presidencial de 2020 entre Donald Trump y Joe Biden no fue la excepción; y si bien Biden resultó victorioso, el país continúa dividido y la polarización sigue siendo un problema grave en el país.

EUA se encuentra inmerso en el proceso de las próximas elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en un año y medio. En ese marco, tras meses de especulación, el martes pasado el Presidente confirmó que buscará la reelección en 2024. Sin embargo, aunque ello no les tomó por sorpresa, diversas encuestas indican que sólo una minoría de estadounidenses estaría interesada en ver un enfrentamiento electoral entre él y Donald Trump –quien también ha anunciado su futura candidatura.

Ante esto, cabe destacar no sólo de que se trata de un cansancio generalizado en la sociedad estadounidense, sino que tanto Trump como Biden enfrentan problemas similares en cuanto a su edad y su baja popularidad causada por su cuestionable manejo de diversos asuntos. A lo que además, se suma el desafío actual de China y Rusia para desplazar a EUA de su posición de supremacía en términos económicos y políticos, y la diversidad de retos nacionales a los que se enfrentan –como son: la división partidista cada vez más intensa y destructiva que está reduciendo su propia capacidad, así como también la falta de apoyo por parte de las juventudes.

En los próximos comicios podría repetirse, cuatro años después, un duelo similar al de 2020 entre el magnate neoyorquino y el actual mandatario. Sin embargo, gran parte de la población no quiere que eso ocurra. Variadas encuestas estiman que, hasta el momento, Trump cuenta con un 34% de aprobación, mientras que Biden sólo tiene el respaldo del 32% del electorado para su reelección. A primera vista no es de sorprender que Trump siga manteniendo apoyos importantes en la sociedad, pero el conjunto de la opinión pública no lo ve como un activo en la política.

En ese sentido, es preciso añadir que la aprobación del presidente Biden ha caído a menos del 40% en abril, una cifra que se acerca al nivel más bajo de su mandato. Aunado a esto, 60% de los estadounidenses tampoco cree que Trump debería postularse para los comicios de 2024, hecho que supone un gran obstáculo para el expresidente quien, a su vez, se enfrenta a Ron DeSantis –gobernador de Florida y potencial candidato a la presidencia por parte de los republicanos.

Por otra parte, en el caso de Biden, ocurre que las encuestas muestran a algunos de los posibles candidatos demócratas con mejores números contra Biden. Se trata de los casos de la vicepresidenta Kamala Harris y el secretario, Pete Buttigieg. Sin embargo, a pesar de que Biden lleva la delantera, Robert F. Kennedy Jr. y Marianne Williamson, se han mostrado muy críticos, acusando al partido de invisibilizar a quienes se ofrecen como alternativa a Biden.

En tales circunstancias, es crucial reconocer que la retórica divisiva de los líderes políticos no ayuda a reducir la polarización, pero es importante recordar que no es un fenómeno nuevo, pues la política estadounidense ha estado dividida durante décadas.

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

 

Consultor y profesor universitario

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