AMAPOLA
Foto: Quadratin / Aunque los agricultores prefieren sembrar aguacate para evitar disturbios, sus ingresos se ven mermados por la falta de caminos pavimentados  

Los campesinos del ejido de San Antonio Las Tejas, en la cima de la sierra de Guerrero, dejaron la siembra de amapola para cultivar aguacate Hass.

Los habitantes de Coyuca de Catalán ingresaron al programa Sembrando Vida; sin embargo, aún está pendiente la comercialización.

TE PUEDE INTERESAR: En Senado, “mezquindad” por los niños con cáncer

Para llegar a nuevos mercados, necesitan caminos pavimentados que les permitan transportar aguacate, durazno, manzanas, limones y tejocotes a Acapulco, Tecpan o Zapopan.

El asfalto de casi 200 kilómetros de Tecpan a San Antonio Las Tejas, también servirá para que a la comunidad acudan nuevos proveedores, trabajadores y médicos.

EL CAMBIO

Desde hace cuatro años, los campos de la dependencia ya no lucen con flores rojas, blancas o moradas, colores de las amapolas. Ahora, son verdes y con caminos de terracería que en tiempo de lluvias –agosto y septiembre- son intransitables para transportar los frutos a la ciudad más cercana.

En 19 mil hectáreas de bosque, con pinos y encinos, 600 están cubiertas de árboles de aguacates y otras más de duraznos, manzanas, limas dulces y limones, que el crimen les intenta arrebatar.

POR EL MIEDO A SER PERSEGUIDOS

Desde lo alto del ejido San Antonio Las Tejas, Homero Cortés, vocero de los pobladores, reconoció que los campesinos dejaron de sembrar amapola porque creen que el aguacate es más rentable.

También consideran que con estos sembradíos pueden trabajar con toda la familia sin miedo a ser perseguidos, además de que cualquier persona puede visitarlos en la tierra de cultivo.

Sin embargo, este cambio tiene otro efecto: frena el ingreso monetario, ante la falta de caminos.

Antes de 2020, a San Antonio acudían pobladores indígenas de Chilapa, Zitlala y José Joaquín de Herrera a trabajar en el ejido de la sierra para sembrar aguacates y demás frutos.

No obstante, la pandemia que ocasionó el Covid-19 y los hechos violentos en la zona aquietaron la llegada de más de 200 indígenas y ahora los campesinos demandan nuevamente su asistencia.

NÚMERO: 

200 indígenas
llegaban a la comunidad de San Antonio Las Tejas, previo al Covid y la inseguridad

 

LEG