¿Preocupados por la seguridad? Sí, pero de sus protegidos, aliados y amigos, más no de los trabajadores. Así es como se comportan las autoridades laborales y toda su estructura institucional, y es que curiosamente pareciera que están al servicio de unos cuantos.

Napoleón Gómez Urrutia es uno de los elegidos, a él se le atiende de manera rápida, no hay tramitología, no hay tiempo de espera, se hace lo que el millonario senador de Morena quiere. Es algo que hay que denunciar, no sólo se trata de que la justicia no es imparcial, sino que se pone en riesgo los derechos laborales y miles de empleos, en pocas palabras, la balanza está cargada a un lado.

Hace tan sólo unos meses, en el Sindicato Nacional Minero Metalúrgico FRENTE, como titular del Contrato Colectivo de Trabajo de la mina Tayahua, solicitamos a la Secretaría del Trabajo una inspección urgente de seguridad e higiene, ya que se habían registrado accidentes y la muerte de una compañera minera; sin embargo, la autoridad laboral ignoró la petición, no hubo interés, ganas de trabajar o simplemente les valió la vida de los mineros.

La empresa dueña de esa mina hizo tratos en lo oscurito con Los Napillos, los impuso como comité local, violando de manera tajante la autonomía sindical y los derechos laborales.

Los hechos se denunciaron y, adivinen qué, las autoridades fueron cómplices y gestores de las solicitudes oficiales que Napillo y el comité hacían en esta mina, sin importar la usurpación de funciones.

Recientemente, vivimos un recuento en la mina de Tizapa, los Centros de Justicia Laboral que dependen de la Secretaría del Trabajo dieron cátedra de inexperiencia y poca capacidad para realizar este procedimiento. Denunciamos varias irregularidades y que Napillo echó mano de intereses oscuros para sumar votos, pero tampoco importó, nadie se metió.

Bajo amenazas, acosando y sembrando el terror, es como se mueve Napillo, sabe que solo no puede, es toda una maquinaria de corrupción y presión la que implementa en cada recuento.

Hoy sabemos que además de los grupos ajenos al sindicalismo, los llamados Siervos de la Nación hicieron campaña calle por calle en favor del senador de Morena, prometieron pie de casas a cambio del voto.

Tiempo atrás, en Tizapa, se levantaron denuncias penales contra Los Napillos por intentar causar un accidente al boicotear las instalaciones de la mina, también se dio aviso a la Secretaría del Trabajo pero de nada sirvió, el silencio y ceguera de las autoridades son permanentes.

No solo guardan silencio, sino que ayudan y trazan el camino para que Gómez Urrutia se imponga. A días del recuento de Tizapa, Los Napillos solicitaron a la Secretaría del Trabajo una inspección de seguridad en la mina, casualmente su petición fue atendida con prioridad, esto a pesar de que Tizapa cuenta con un sistema propio de revisión y verificación semanal en el tema.

La protección y apoyo a Napillo son claros, no importa que haya robado 55 millones de dólares, que extorsiona empresas, que haga de las cuotas sindicales su mina de oro.

Entendamos que lo que se pone en riesgo no son los caprichos de un exprófugo de la justicia, lo que está realmente en juego es el empleo y sustento de miles de familias y los derechos laborales.

A Napillo ya lo libraron de la cárcel mínimo por seis años al regalarle o negociar con él su senaduría, le permitieron regresar a México, le dieron voz y voto dentro del Congreso a pesar de ser canadiense. ¿No creen que ya fue suficiente?

 

     @CarlosPavonC