GUERRERO
Foto: Centro Derechos Humanos de la Montaña / Olivia Arce acompaña el camino de Inés como su intérprete; su hija Noemí, aún no se anima a traducirla  

“Hoy, 8 de marzo, quiero decir que una mujer Me’Phaa le ganó la batalla al poder militar”, así celebró Inés Fernández Ortega, indígena originaria de Barranca Tecuani, Guerrero, haber logrado la condena de uno de sus 11 violadores, luego de 21 años de una búsqueda incansable por obtener justicia.

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El sargento segundo de infantería del Ejército mexicano, Hugo Humberto García, fue condenado a 20 años de prisión y separado de su cargo, el pasado primero de marzo, por tortura sexual, robo y allanamiento de morada; sin embargo, aún no es suficiente.

Ella fue ignorada, revictimizada y discriminada por únicamente hablar Me’Phaa, la lengua de su localidad, cuando acudía a denunciar.

“Quisiera que la sentencia fuera de más años, porque a mí me llevó muchos años esta lucha y no se me hace justo”, dijo ayer, en conferencia de prensa.

Aunque el fallo a su favor fue emitido hace una semana, Inés escogió el Día Internacional de la Mujer para pedirle a todas las víctimas de violencia en su comunidad, que alcen la voz para obligar a las autoridades a cumplir con la obligación de proteger sus derechos.

“Ahora, dejo el caso en manos de las autoridades, de la Gobernadora (Evelyn Salgado) para que continúen investigando y, ojalá, ya crean en la palabra de las mujeres”, apuntó.

Todavía resta saber dónde están nueve más de sus violentadores –dos fueron encarcelados, pero a uno lo habrían asesinado al interior de su celda– pues el Ejército protegió su identidad por años.

El 22 de marzo de 2002, Inés estaba en su cocina, preparando agua fresca con sus cuatro hijos, cuando los oficiales entraron, la golpearon, la encañonaron y abusaron de ella.

SU FAMILIA, CON DAÑO COLATERAL

Fernández Ortega caminaba desde Barranca Tecuani al Ministerio Público de Ayutla durante ocho horas, sobre su espalda cargaba a sus hijos, quienes crecieron atemorizados. Cuando no podía llevarlos, dejaba a Noemí, su hija menor, a cargo de sus hermanos.

Prisciliano Sierra, su esposo, siempre la apoyó y por eso lo golpearon. A Lorenzo, su hermano “lo mataron y aún no sabemos qué pasó. Nadie investigó”.

CITA:

Por eso hoy, 8 de marzo, quiero decir que una mujer (de la comunidad indígena) Me’Phaa, le ganó la batalla al poder militar”
Inés Fernández Ortega
Sobreviviente de tortura sexual militar

 

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