Dada la fortaleza del peso mexicano frente al dólar, uno de los sectores que se ven afectados son aquellas personas quienes reciben remesas, ya que al convertirlas en moneda nacional, se deprecia el monto final.
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“Los que mandan remesas de otros países, al convertirlos en pesos mexicanos, pues obviamente el valor es menor porque el peso está apreciado. Entonces, cuando se mandan remesas de Estados Unidos, el valor aquí es menor”, puntualizó Eufemia Basilio Morales, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
No obstante, acotó que dicha pérdida del poder adquisitivo de la remesa, se podría compensar con el aumento en el monto promedio del envío de dinero que se ha observado en los últimos meses.
En los últimos meses, el peso mexicano se ha posicionado como una de las monedas más apreciadas a nivel mundial, un fenómeno que se atribuye a la fortaleza en las exportaciones, las remesas y la inversión extranjera.
En la conferencia “¿Qué viene para la economía mexicana?”, se señaló que además de las remesas, otros sectores que pudieran verse afectados en cierta medida por la fortaleza del peso mexicano son las exportaciones y el turismo.
“Puede ser que (la fortaleza del peso mexicano) tenga un efecto del lado de las exportaciones porque se vuelven más caras automáticamente. Esto porque un peso fuerte encarece en términos relativos los precios de los bienes que salen del país, de México”, apuntó Basilio Morales.
En el tema de las exportaciones, José Manuel Márquez Estrada, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM precisó que las industrias que exportan bienes primarios, como aguacate y carne, son los que se verían afectados ante un tipo de cambio sobrevaluado dado que van a recibir menos dólares por sus mercancías.
Pero por el lado de la industria de la transformación, que para elaborar productos finales, demanda una gran cantidad de importaciones de mercancías que se pagan en dólares que se adquirieron relativamente “más baratos”.
Y en el sector turismo de México, podría afectar en las zonas en las que las actividades se monetizan en dólares, como en Cancún, Baja California o Nayarit, entre otros.
En contraparte, “los ganadores” de la fortaleza del peso mexicano se centra en quienes tienen actividades en el extranjero, usando el dólar como referencia, tales como las deudas en divisas.
“Hay una menor cantidad de pesos por dólares que se pague de la deuda externa, lo cual es favorable para las empresas que sobre todo que tienen deudas en dólares. Y bueno, (también) para el Gobierno porque la apreciación del peso hará que los intereses que se paguen en cierta medida sean menores. También benefician a los importadores de los bienes del país, que son materiales que son usados para producir bienes finales y por este súper peso son más baratos”, abundó Basilio Morales.
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Hacia adelante, en el corto y mediano plazo, indicó que la expectativa “es que todo este año siga el peso sobrevaluado, quizá a mediados de año vaya desacelerando un poco, pero quizá de acuerdo con los analistas, se cierre el 2023 en 20 pesos”.
RM